La suplementación con vitamina D no protege contra la depresión en la edad adulta de mediana edad o mayor, según los resultados de un estudio. Se trata de una cuestión que, seguramente, ha animado a muchas personas a tomar esta vitamina.
Sin embargo, en este estudio, no hubo un beneficio significativo del suplemento para este propósito y no previno la depresión ni mejoró el estado de ánimo. El estudio incluyó a más de 18.000 personas de 50 años o más. La mitad de los participantes recibió suplementos de vitamina D3 (colecalciferol) durante un promedio de cinco años, y la otra mitad recibió un placebo equivalente por la misma duración.
La vitamina D, a veces, se llama la “vitamina del sol” porque la piel puede crearla naturalmente cuando se expone a la luz solar. Numerosos estudios previos mostraron que los niveles bajos de vitamina D en la sangre se asociaron con un mayor riesgo de depresión en la edad adulta, pero hubo pocos ensayos aleatorios a gran escala necesarios para determinar la causalidad. Ahora, los investigadores encontraron la que puede ser la respuesta definitiva.
Lo cierto es que, para una cuestión científica, se necesita una gran cantidad de participantes para saber si el tratamiento está ayudando o no a prevenir el desarrollo de la depresión. Por eso, los investigadores estudiaron a casi 20.000 personas, que no tenían ningún indicio de depresión clínica para comenzar. Luego probaron si la vitamina D3 les impedía deprimirse.
Los resultados fueron claros. Entre los 18.353 participantes asignados al azar, los investigadores encontraron que el riesgo de depresión o síntomas depresivos clínicamente relevantes no era significativamente diferente entre los que recibían suplementos activos de vitamina D3 y los que tomaban placebo, y no se observaron diferencias significativas entre los grupos de tratamiento en las puntuaciones de humor a lo largo del tiempo.
No obstante, esto no significa que las personas no deban tomar la vitamina D, ya que esta es esencial para la salud ósea y metabólica, aunque los ensayos aleatorios han puesto en duda muchos de los otros supuestos beneficios.
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