La luz que generaba el fuego entre los cauchos era la única iluminación del sector siete de la urbanización Parque Valencia, parroquia Rafael Urdaneta. Entre cacerolas y rabia, se desarrollaba la protesta que llevaba al menos dos horas y ninguna autoridad en el sitio. Entre las seis y siete de la noche de este martes, los residentes se cansaron y decidieron alzar sus voces.
Al menos dos días tienen sin energía eléctrica y aproximadamente año y medio sin el servicio de agua. Pero la espera de los trabajadores de Corpoelec fue el detonante. Ángel Hidalgo contó que llamaron en varias ocasiones a la institución pública. Les pidieron limpiar las líneas de tensión -cubiertas de maleza- para poder asistir y reparar el cable que estaba suelto, producto de la brisa. “Cuando nos dimos cuenta que no vendrían, decidimos quemar los cauchos”.
A Ana Pérez lo que más le preocupa es la situación del agua. Con olla en mano detalló que desde hace alrededor 18 meses debe alquilar un camión cisterna semanal, lo que representa un gasto de seis mil bolívares, “por lo barato, porque hay otras que cobran hasta siete mil”.
Pero Bangy Thomas, también habitante de la zona, recriminó el fuerte olor a cloacas. Las casas más afectadas son las que limitan con el parque Rafael Urdaneta, pues hay un canal. Bangui precisó que cerca hay una caballeriza, estimó que la semana pasada lanzaron el cadáver de uno de los caballos al canal. Lo que ha generado un fuerte hedor en el ambiente, aunado a que se tapó la cañería. Otros vecinos se encargaron de llamar al Instituto Municipal del Ambiente, pero como otros organismos responden “iremos mañana”.
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