¿Por qué la gente ve telenovelas? Por la peor razón posible: se identifican con los personajes de muchas historias absurdas, y muy pronto comienzan a ver sus propios problemas, bien verdaderos, a través las simplificaciones grotescas que se les propone de lunes a viernes en las tardes o las noches, hasta que la vida y el mundo terminan por asemejárseles a estas ficciones baratas. La palabra “alienación”, tan de moda, hay que usarla una vez más para comentar con detalles este lamentable proceso de empobrecimiento de nuestras motivaciones para ver televisión.
Abundarán las personas que dirán que todo esto es una tontería, que nuevamente el mismo de opinador de siempre, que todo lo cuestiona, nos viene a decir a través de las letras, que las vidas y la sensibilidad de la gente que ve telenovelas están ya en tan bajo nivel que nada puede empeorarlas. Pero usted que me está leyendo (y que tal vez las ve), sabe que eso no es verdad. Ningún ser humano, ninguna mujer ni tampoco un hombre (pues hay caballero que ven telenovelas con mucha frecuencia) merecen esa alienación errónea. Si una persona ha sido desfavorecida por la vida, eso no es razón para que veamos con indiferencia como se aprovecha su indefensión cultural para subyugarla con basura. Al contrario, quienes somos capaces de calibrar lo equivocado de esa situación. Tenemos el deber de que no se siga perpetrando con tanta impunidad.
Cada vez que salen estas cosas, enseguida aparece la palabra “censura”. Una mala palabra. Sería escandaloso que se quisiera cortar la “libertad” de expresión (sin hablar de la libertad de empresa, que es la que de veras está en juego). Pero si el Estado más liberal se reserva el derecho de controlar las ventas de ciertos medicamentos, aún muy útiles, muy indispensables, por el daño que pueden hacer si se los consume sin control; y el de prohibir lisa y llanamente la venta de mercancías nocivas, como ciertas drogas o bien los explosivos y las armas de fuego, ¿Por qué se va a considerar tabú la más leve restricción a las telenovelas, que son un hábito tan pernicioso como las drogas, y que usan para su difusión un medio, la televisión, más potente que un arma biológica?
Por mi parte, no soy de los que creen que la televisión deba transmitir exclusivamente conciertos sinfónicos y recitales de poesía. Bien al contrario, sospecho que esas cosas nos la deben, tal vez, de transmitir nunca, por fastidiosas y poco adecuadas al medio de comunicación que es la TV. Tengo en cambio la mayor fe en que programas populares, entretenidos, inteligentes, comerciales con legítima aspiración a una excelente sintonía, pueden, sin ninguna preparación cultural específica, ser del mayor provecho justamente a la gente más indigente culturalmente, para quienes las cosas aparentemente más obvias (como la buena dicción de un locutor, o imágenes razonablemente auténticas de la vida en otros ambientes) pueden ser de inmenso valor y estímulo.
Los dirigentes de la televisión comercial, que son hombres muy capaces y que han reflexionado sobre su negocio, saben estas cosas lo mismo que usted y yo, y hasta más y mejor reflexión le han impregnado al asunto televisivo. ¿Por qué no la ponen en práctica entonces? Sencillamente porque mientras no haya una restricción coercitiva que se aplique a todos por igual, ninguno se atreve a asumir el riesgo inmenso de hacer otras cosas. Hay mucho dinero por medio, muchos intereses. Y ellos están en la posición de quienes se hallan enfrascados en un juego sin más regla que obtener las más alta sintonía posible. Pero bastaría que una autoridad imparcial indicara por donde no se pueden transitar, como en los rayados que hace Inspectoría de Tránsito para los automóviles, y estoy segura que los veríamos a cada uno marchar por su canal, felices de haber superado la situación actual, en la cual la programación marcha por la derecha o por la izquierda, por la calzada o por la acera, sin flechado ni luces de tránsito, con tal que se suponga que así logrará encender un número mayor de televisores.
IG-TW: @IvanLopezSD – IvanLopezSD@gmail.com
Administrador, con Especialización en Gerencia y Comunicación Política. Consultor Político. Locutor en #LVC1040AM. Articulista de la Patilla.Com e InfoEnlace.Net. Ex Concejal de San Diego, Edo.Carabobo. Más de 20 años de experiencia en cargos gerenciales de la Administración Pública. CEO de @FocoYEmprendo.
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