Un candidato presidencial potable por Yoset Caled Pérez

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Me he dedicado en estos últimos meses a  ver y analizar la situación  política nacional, y sólo me queda preguntarme?
¿Donde perdimos el rumbo?.
 La oposición al régimen, en todas sus expresiones, se ha enfrascado en una utopia muy dañina a para los Venezolanos.
El conflicto interno de la oposición salto de un sólo brinco de la discusión tonta e insulsa de si Votar o no Votar, a la vaga y absurda discusión sobre quien será el próximo candidato presidencial, sin ni siquiera valorar el error que significó apartarse de la via electoral que se supone fue un error politico.
La verdad es que la ruta electoral está claramente definida para los próximos eventos del porvenir político en Venezuela, y pareciera que en la sociedad y en los “Políticos”  ya cuajó la idea clara que es la única vía existente, viable y razonable que nos queda a los venezolanos para solucionar la crisis nacional y alcanzar los cambios anhelados.
Ahora bien, veo a estos candidatos afanados por conseguir el poder a costa de lo que sea, inclusive sin temor a comprometerse al mejor postor con tal de lograr el fin, descartando la principal premisa que se supone; la política debe estar al servicio de la gente y no al revés, la gente al servicio de los políticos. ¿No lo entienden?.
El próximo Presidente de la República va a enfrentar retos extraordinarios, retos que sólo pueden ser asumidos por una persona capaz de liderar equipos de gente competente, conscientes de la realidad nacional, representativos  de todos los sectores del país, políticos o no,  y por supuesto con mucho amor por Venezuela.
Debemos tener en cuenta además  que al ganar las próximas  elecciones el próximo Presidente de la Repunlica deberá considerar que tendrá una Asamblea Nacional totalmente opositora, 20 gobernaciones y más de la mitad de las alcaldías a nivel nacional con una orientación política distinta a la suya y no menos importante con una Cupula Militar desafecta a sus planes y propuesta, exigiendose entonces una gran jerarquía personal y política muy grande de ese presidente para lograr la aquiescencia de quienes la integran  actualmente.
Tal reto no se lo deseo ni al peor de mis enemigos. ¿Por qué?
Muy sencillo, imaginen un escenario dónde literalmente todo lo que rodea al Ejecutivo está en contra. El próximo mandatario debe poder convocar un equipo de gobierno representativo, amén de la capacidad para orientar sus nuevas politicas con mucha prudencia, claridad y con conciencia del reto a enfrentar.
Siendo sinceros, el cambio en Venezuela no pasa por unas primarias, no pasa por un acuerdo de cuatro, cinco o treinta tarjetitas que no representan a nadie. El cambio en Venezuela pasa por una salida negociada, dónde se involucre a todos los factores de la Nación y se respeten a todos por igual.
Siento mucho desánimo por los venezolanos que somos víctima de una cúpula política caraqueña que solo buscar el poder para servirse y no lo busca para servir, pero también tengo mucho optimismo por una dirigencia aguas abajo luchadora, que ha sacrificado mucho, y que no se rinde, todos concientes que la salida es electoral.
Creo que es la hora de hacer planes para Venezuela y una vez acordados en lo que se debe hacer, ocuparnos de ubicar a alguien que genere consenso en todos los sectores, es decir, un candidato “Potable”, hasta para los que hoy ejercen y/o respaldan al gobierno.
Creo firmemente que llegó la hora de pensar en Venezuela y por eso propongo de primero un programa de recuperación nacional, luego la ubicación de una persona en capacidad de cumplir el plan, preferiblemente por consenso y de no lograrlo pues acudiriamos a primarias con una segunda vuelta, organizadas por quienes puedan representar el sentimiento venezolano.
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