Seguir adelante supone, para las empresas, grandes desafíos. Los mercados se han contraído, han aparecido nuevos competidores “cazando” oportunidades, provenientes de manera insospechada y, como si fuera poco, el cliente, centro de la ecuación, ha experimentado la propia transformación, experimentando e imponiendo en muchos de los casos, nuevos hábitos de consumo.
Demasiadas variables juntas que hacen complejo el panorama.
A esto habría que sumar la velocidad con que las start ups o algunos spin off de empresas de tradición o sencillamente nuevos players han impreso a sus ideas, emprendimientos, propuestas, apalancando sus modelos de negocio en un uso inteligente de la tecnología, aprovechándose además de las múltiples ventajas que esta hoy ofrece.
Así la curva de crecimiento y desarrollo de nuevos modelos de negocio ha aumentado de manera abismal, mostrando además nuevas formas y maneras de impulsar productos y servicios, ratificando entonces el poder e impulso que las decisiones acertadas sobre cómo utilizar la tecnología a favor tienen.
Primero debo sobrevivir, luego me ocupo de la tecnología
Un reciente estudio conducido por dos reconocidas firmas venezolanas, confirma el peso específico que la tecnología tiene entre los decisores y niveles técnicos empresariales. Sin embargo, hay un desfase entre los beneficios que esta aporta hoy, justamente en momentos de supervivencia. ¿Cómo? Mejorando el performance de los sistemas y aplicativos empresariales, permitiendo que los datos del negocio estén consolidados para una acertada toma de decisiones, impidiendo la desconexión tanto con los públicos internos como externos, entre tantas otras ventajas.
Así que razones hay de sobra para proponerse y derribar el primer mito.
Se que la necesito pero la tecnología es costosa e inaccesible, mejor sobrevivo con lo que tengo
Esta aseveración da cuenta de no re-conocer que hace un tiempo ya los fabricantes vienen haciendo innumerables esfuerzos en volcar las estrategias de impulso y venta de sus productos hacia los modelos de servicio que suponen una especie de “alquiler” de capacidades ajustadas al tamaño de las operaciones y negocio de las empresas. Nuevas expresiones como “on demand”, pago por uso, flexibilidad para crecer o decrecer, han sustiuído las viejas prácticas asociadas a costos de licenciamiento, soporte, versiones y actualizaciones, procura de equipos y ese fantasma del pasado, la obsolescencia.
Hoy están 100% disponibles, ofertas de servicio para acceder a recursos tecnológicos bajo modalidades de servicio, Nube, y la inversión asociada está en tus manos. El mundo va para allá. Tú, ¿qué harás?
La tecnología es hierros, software, sistemas
Siendo aquí el tercer mito, quizá debe ser el primerísimo primero, por lejos.
Mucho se ha hablado estos días de “cambio de mindset”, sin duda todo un reto, sobre todo para quienes tienen versiones anteriores en sus “sistemas operativos” de vida. Esto, que alude a permitirse una nueva mirada de las cosas, desde una perspectiva sencilla, sin profundizar en precisiones semánticas, se traduce en no aferrarse a la lógica del pasado para acoger algo nuevo.
Solo así podremos entender y más allá, creer, que la tecnología es una verdadera y tangible ventaja competitiva para el negocio. Es la que permite organizar, combinar y mostrar los datos del negocio para entenderlo mejor y poder ser proactivos y asertivos en todas las estrategias que se diseñan para conquistar a un consumidor, por decir lo menos.
La invitación es a ampliar nuestra mirada sobre su uso desde un entendimiento distinto de sus múltiples beneficios, aprendiendo que trabaja para usted, que es su principal aliada y que, en este contexto, ambigüo, cambiante, volátil, incierto, es lo que le permitirá a su negocio seguir adelante.
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