Prácticamente toda la presidencia de Nicolás Maduro en Venezuela ha estado marcada por la fuerte crisis económica que aún azota al vecino país. Sin embargo, frente a los pronósticos de los últimos años, que no veían una mejora posible para la nación petrolera, cabe señalar que su PIB está camino a registrar crecimiento tras ocho años inmerso en la recesión.
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Así lo indican algunas de las últimas previsiones que han presentado varias organizaciones internacionales e internas del país, que ya prevén una vuelta de la economía venezolana al terreno positivo. Una de esas entidades es la Cepal, pues en su último informe para Latinoamérica, si bien apunta que su PIB mantendría la contracción en 2021, registraría números verdes en el 2022, con un alza de 1%.
Y en algunos casos, incluso, esta perspectiva es más positiva y la vuelta al crecimiento podría ser este año. Según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), el país tendría un alza en el PIB de 0,3% en 2021 y de 1,3% durante el 2022.
Y desde dentro del país, algunos pronósticos se muestran más optimistas. Una de ellas es la entidad de investigación económica Dinámica Venezuela del economista Eduardo Fortuny, que espera un crecimiento de 4% este mismo año, y de 3% para el próximo 2022.
La Universidad Católica Andrés Bello aún no publicó sus pronósticos para el 2022, pero anticipa un crecimiento positivo para la economía venezolana de 2% al final del año en curso.
Cabe resaltar que el Fondo Monetario Internacional mantiene su previsión de que el PIB de Venezuela caerá 5%, aunque su dato más reciente es el de abril.
No obstante, es cierto que la tendencia es positiva: según la Cepal cayó 30% en 2020, lo haría este año al 4%, y crecería 1% en 2022.
Esto pondría fin a una dinámica negativa en la que la economía de Venezuela ha estado inmersa desde 2014, cuando inició una recesión que aún se extiende y que ha hecho que el tamaño de su PIB se haya reducido en alrededor del 80%, hasta los US$42.530 millones con los que cerraría el 2021.
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RAZONES DE LA MEJORA
Una de las grandes cuestiones es explicar qué hay detrás de la mejora económica de Venezuela, país que sigue afectado por sanciones económicas de países como EE. UU. y que mantiene los problemas para vender su petróleo.
De acuerdo con Germán Umaña, director de la Cámara Colombo Venezolana, “el proceso de liberalización de la economía mediante la flexibilización del control de cambios, la privatización de empresas deficitarias del Estado y la apertura al comercio y a la inversión extranjera, han posibilitado un rebote temporal”.
En concreto, Umaña explica que las medidas que se han adoptado de apertura y levantamiento de restricciones al sector privado han generado efectos como “el incremento de la oferta de divisas y la dolarización financiera, la reactivación comercial y de servicios al facilitar los medios transaccionales, la entrada de remesas, la recaudación por impuestos y la mejora del ingreso petrolero”, al tiempo que resaltó la importancia de la inversión en sectores productivos de China, Rusia, Irak y Turquía, y otros capitales nacionales.
En esta misma línea opina Guadalupe Correa-Cabrera, profesora asociada en la escuela Schar de Política y Gobierno de la Universidad George Mason, quien indica que “son varias razones y están relacionadas con la covid. Ahí está el relajamiento cambiario y una dolarización de facto, que son producto de la pandemia, y han ayudado a un menor control y menor participación del Gobierno en el mercado, lo que facilita a su vez la entrada de divisas vía remesas. Eso es clave”.
Correa-Cabrera también apunta como otro aspecto “la reactivación petrolera, con los precios más altos y una mayor producción”.
Precisamente este es otro de los puntos en los que sí se puede ver mejora en las cifras de Venezuela. El país antes de la pandemia contaba con un bombeo de más de 900.000 barriles diarios, cifra que se desplomó a 441.000 a final del 2020. Sin embargo, cabe apuntar que según las cifras de la Opep a junio, el país recuperó terreno hasta una extracción de 633.000 barriles diarios.
Pero pese a que se han llevado a cabo medidas que ayudan a la mejora, según Umaña, hay varios aspectos importantes para que ese rebote se mantenga, entre los que están establecer un régimen de seguridad jurídica creíble, renegociar la deuda, el levantamiento de las sanciones y un marco regulatorio que impulse la inversión foránea.
También apunta a la apertura de la frontera, lo que permitiría restablecer el comercio y la movilidad.
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OTROS INDICADORES
Aunque el repunte en el PIB es el efecto más visible de la recuperación, no es el único. Por ejemplo, se espera que las exportaciones lleguen a US$10.700 millones en 2021, más del doble de las registradas en el 2020.
También, estimaciones del banco central apuntan a que la inflación cerraría en 1.667%, que sería el dato más reducido desde 2017.
Las reservas internacionales también aumentarán hasta US$6.500 millones, frente a US$6.367 del año pasado, al tiempo que las remesas seguirían subiendo a US$2.300 millones, desde los US$1.900 previos.
Eso sí, aunque han mejorado las perspectivas, eso no quiere decir que haya superado sus problemas. Según Sergi Lanau, economista jefe adjunto de IIF, “esperamos una estabilización este año y crecimiento positivo pero bajo en 2022. Para mí el tema a resaltar es que a pesar de que haya algo de crecimiento, el ingreso real per cápita está en niveles de 1945. Incluso diez años de alzas fuertes no serían suficientes para volver a niveles razonables”.
Por
Rubén López Pérez
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