¿Quién puede estar en favor de la delincuencia? Yo no, desde luego. Creo además que a ciertos delincuentes (no a todos) hay que meterlos a la cárcel. No queda más remedio. Pero en estos días en que se ha reactivado la controversia sobre la libertad prematura, o demasiado fácil, de algunos presos, por los jueces supuesta (o realmente) los ponen en libertad con liberalidad, o porque se apela al PLAN CAYAPA, deprime ver cómo una vez más, mucho de lo que se dice contribuye a confundir a la gente, a mantener un concepto errado (o por lo menos insuficiente) del problema.
Claro que las cárceles hacen falta. Claro que los delincuentes peligrosos deben estar presos. Pero eso no basta. En Venezuela estamos en una situación sub-realista, en que muchísima gente que está presa debería estar libre, no porque no haya sobre ellos fundadas sospechas, o incluso sentencia firme, sino porque la sospecha que hay, o el delito que han cometido no justifican que se les prive a esas gentes de su libertad, y mucho menos para recluirlos en los pudrideros infames que son la mayoría de los retenes judiciales y cárceles de Venezuela. Se da, pues, la parodoja de que delincuentes habituales que deberían estar más o menos permanente recluidos (aunque en ningún caso en condiciones inhumanas) andan libres o recuperan su libertad con facilidad, además de que están “hechos” a la vida de la cárcel, entran y salen de ella sin que haga otra cosa que endurecerlos en su conducta social; y a que a la vez alguien que haya tenido la mala suerte de tener un accidente de tránsito en el cual haya habido un herido grave o una fatalidad, puede pasar meses (o años) preso “preventivamente” en condiciones por cierto mucho peores que las que rigen para quienes han recibido sentencia firme por un asesinato horrendo.
Todo el sistema penal venezolano, yo diría que todo nuestro sistema de justicia penal, son un mundo ilógico, lleno de inhumanidades, de vejaciones a la persona humana, desprecio y con mucha violencia. Por eso desanima tanto ver cada cuanto tiempo estas campañas de opinión, de las cuales lo único que queda en el espíritu y la memoria de la gente es que la sociedad tiene que golpear más duro, meter más gente presa, vengarse más. Y esto mientras la delincuencia se cultiva en cada vereda de cada cerro, en cada rancho, en cada calle de nuestras ciudades, en esos niños abandonados, realengos en quienes la gente de “bien” no ven sino una molestia, unos “chantajistas” porque piden 5 mil bolívares por cuidar el automóvil. En pocos años, muchos de esos niños serán los delincuentes de mirada torva que vemos retratados en las páginas de la crónica roja, porque han degollado a un bodeguero o disparado una bala en la espalda de un taxista. ¿Cuánta gente se detiene a pensar en esto? ¿Y cuántos se preocupan por estos miles de compatriotas que están privados de su libertadalejados de sus familias y seres queridos en una cárcel con tratos inhumanos?
Pero eso es complicado de explicar, y más todavía, prácticamente imposible de revertir, si seguimos en el mismo camino donde nuestros políticos y legisladores,están demasiados ocupados en insultarse para ocuparse de reformar algo tan poco interesante, desde el punto de vista político, como lo es la justicia. Triste realidad.
Desde esta tribuna, creemos en la acción efectiva de modernizar, humanizar y hacer verdaderamente justos todos los mecanismos destinados a prevenir el delito, y rescatar cuando son niños y adolescentes a estos hampones que son asesinados o que terminan asesinando a inocentes seres humanaos a tiros en las diferentes barriadas y comunidades del país; ese es el camino correcto para mejorar nuestra sistema de justicia en Venezuela. Así lo veo.
Iván López – Twitter/Instagram: @IvanLopezSD – YouTube/Facebook: Iván López SD.
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