Mário Moscatelli, biólogo brasileño con 20 años de experiencia en el área, afirmó que las condiciones adecuadas de las aguas donde se realizarán las regatas de vela de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, dependerán del capricho de la naturaleza.
El biólogo precisó que el régimen de los vientos y las mareas serán decisivos para saber si las competiciones se realizarán en aguas cristalinas o en medio de un mar de contaminación y basura. “Si la naturaleza está de mal humor, la probabilidad de que haya problemas y residuos es alta”.
Según Moscatelli, las mejores condiciones en la Bahía de Guanabara se dan cuando la marea está alta y soplan vientos del sur, que oxigenan la bahía con las aguas más limpias del Atlántico y retienen la basura lejos de la zona de competiciones. Po el contrario, si la marea está baja, sopla viento norte y llueve, el agua adquiere un aspecto “terrible” y la basura se extiende por toda la bahía, hasta su encuentro con el mar.
Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), declaró el domingo que se están realizando cuatro exámenes por día que muestran que el agua de la bahía está de acuerdo con las condiciones exigidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque el biólogo asegura que esas mediciones “no quieren decir que el agua está adecuada”, porque no reflejan las variaciones que puede causar el clima. “En días de lluvia y marea baja, esa opinión del presidente del COI se va estrellar con la realidad”, señaló.
Moscatelli, puntualizó que sus palabras no son una mera opinión, sino que se basan en las observaciones que ha hecho en los últimos 20 años.
En las inmediaciones de la isla de Fundão, cerca del aeropuerto internacional de Río, hoy, a cuatro días de la ceremonia de inauguración de los Juegos, se encontró basura acumulada en la orilla, desde neumáticos, botellas, un aparato de música y un sofá coronando los residuos. A pesar que está lejos del lugar donde se realizarán las regatas de vela, las aguas desprendían un persistente olor acre, característico de las vías fluviales que reciben aguas residuales sin tratar.
Los organismos ambientales de Río de Janeiro utilizan redes para frenar la basura en varios ríos y canales que desaguan en la bahía y también la recolectan con barcos, una medida que, según el experto será insuficiente en el caso de que las condiciones meteorológicas no sean favorables.
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