Washington, 23 de mayo de 2025. — La Universidad de Harvard ganó una batalla clave este viernes frente al gobierno del expresidente Donald Trump, luego de que una jueza federal suspendiera temporalmente la polémica medida que le impedía admitir estudiantes extranjeros para el ciclo académico 2025-2026.
La magistrada Allison Burroughs, del tribunal federal de Massachusetts, falló a favor de la universidad al considerar que la revocatoria del programa SEVIS —que otorga permisos de estudio a extranjeros en EE. UU.— podría ser inconstitucional. La decisión del tribunal bloquea provisionalmente la orden emitida por la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, el jueves anterior, en lo que Harvard calificó como un acto de represalia política.
Más del 25% del alumnado de Harvard proviene del extranjero. La medida, que amenazaba el futuro académico de miles de jóvenes y los recursos económicos que estos representan para la institución, fue impugnada de inmediato por los abogados de la universidad.
“Esta es una acción arbitraria, ilegal e inconstitucional que busca castigar a Harvard por ejercer sus derechos garantizados por la Primera Enmienda”, denunció la universidad en su demanda.
Desde que rechazó las exigencias del gobierno Trump para supervisar su política de admisión y contratación, Harvard ha enfrentado una ofensiva sin precedentes: desde amenazas de revisión a sus fondos públicos —cercanos a los 9.000 millones de dólares— hasta la cancelación de subvenciones y la deportación de investigadores.
El presidente interino de la universidad, Alan Garber, condenó la ofensiva federal, señalando que la medida “pone en riesgo la continuidad académica de miles de estudiantes y representa un grave precedente para la libertad institucional”.
En paralelo, el discurso oficial ha escalado. La administración Trump acusa a Harvard de “fomentar el antisemitismo” y “colaborar con el Partido Comunista Chino”, en referencia al alto porcentaje de estudiantes chinos —más del 20% del total internacional— y al ambiente ideológico del campus.
La Casa Blanca no tardó en reaccionar al fallo. Stephen Miller, subdirector del gabinete, calificó a la jueza Burroughs de “comunista” y la acusó de inventar “un derecho constitucional a la educación financiada por contribuyentes para ciudadanos extranjeros”.
La suspensión del veto permanecerá vigente hasta una audiencia preliminar pautada para el 29 de mayo, donde se definirá si la medida podrá entrar o no en vigor.
Entretanto, estudiantes como Karl Molden, de nacionalidad austríaca, ya evalúan abandonar sus estudios en EE.UU. “Es aterrador. Harvard es un privilegio, pero no a este costo”, dijo el joven de 21 años, actualmente matriculado en literatura clásica.
Desde Pekín, la Cancillería china expresó su rechazo al veto, advirtiendo que este tipo de medidas “sólo perjudican la reputación internacional de Estados Unidos”.
Deja una respuesta