Quienes participamos de la actividad política en estos momentos en Venezuela, tenemos una inmensa responsabilidad histórica con el pais. No me refiero en exclusiva al liderazgo nacional, sea éste partidista, gremial, empresarial, universitario, vecinal o militar, esté ubicado en el gobierno o en la oposición, no, esa corresponsabilidad alcanza a los liderazgos medios e incluso los liderazgos de base en todos los ámbitos del qué hacer nacional.
Estamos ante la encrucijada de tener que definir cuál es el país que tenemos, y cuál es el país que queremos de cara al futuro. Quizás por ello lideres de la envergadura de Eduardo Fernández y de Enrique Capriles exponen que no es el momento de elegir candidatos presidenciales, ni de primarias, sino que es el momento de delinear el país que aspiramos y queremos.
Los cambios que están aconteciendo a nivel global con la remisión del liderazgo americano, la nueva ruta de la seda, los nuevos virus, nuevas guerras que sólo pretenden redefinir fronteras y locaciones de privilegio comercial y empresarial para los países en pugna, Ejem. China radicalizando su soberanía sobre Taiwan, Rusia buscando controlar desde Ucrania mejores salidas al mar negro, EE. UU. reliderizando la OTAN y por ende Europa, empresas americanas liderando, junto a las españolas, chinas, iraquíes, rusas e italianas, la explotacion petrolera frente a Guyana y trazando una horizontal de plataforma continental guyanes frente al Delta del Orinoco, para un nuevo despojo de Venezuela que incluso nos bloquearía la unica salida que tenemos frente al Atlántico, todo a causa de la guerra entre potencias por la primacía económica y lograr desbancar al Dólar como moneda de convertibilidad mundial. Los nuevos avances tecnológicos, las nuevas industrias, la lucha por el ambiente, la escasez de agua en el planeta, el descongelamiento de glaciares con hundimiento y surgimiento de nuevas geografías, todo un pandemónium global y aquí los venezolanos de hoy frente a esos retos, inmersos en una chismografia de la que no se salva ni el Papa, en una guerra chiquita por posiciones mediocres, eso sí, unos cuadrados con el Este otros con el Oeste, quienes con el favor de Dios en algún momento y gracias a la necesidad de sobrevivencia planetaria se pondrán de acuerdo y los venezolanos quedaremos como siempre dividos, quebrados, arruinados, rezagados en el desarrollo intelectual y económico de la humanidad y hasta con menos territorio y menos mares.
En Venezuela resentimos todos esos hechos, no somos extraños a la guerra económica mundial, además estamos en el peor momento, y ni siquiera nos ocupamos del futuro del pais que son nuestros niños.
Ambientes educativos atrasados y decadentes, maestros mal pagados, niños mal alimentados y de muy bajo peso, peloteo oficial en la responsabilidad del mantenimiento de las estructuras educativas y para colmo de males ahora ANDIEP informa la inevitabilidad de incrementar la matrícula educativa en un 80% tanto por el deterioro económico como por la urgencia de incrementar el salario de sus maestros.
Estamos obligados a privilegiar una nueva Venezuela auto sustentable, de emprendedores, una nueva Venezuela educada para el trabajo, un país pensado para su desarrollo armonioso e inserto en el siglo XXI.
Si el liderazgo nacional se acuerda sobre estos y otros temas, si los lideres regionales y locales sacudimos la dependencia de directrices caraqueñas y nos enfocamos en lo que debemos resolver en nuestros estados, más alla de la elementalidad partidista, de las miserables pretensiones de liderazgo estadal, si más bien presionamos de abajo hacia arriba por la prosecución de un Plan Nacional garantista de deberes y derechos , quizás entonces habremos aportado algo a las generaciones venideras y habremos cumplido aunque sea en parte con nuestra responsabilidad histórica como venezolanos.
Rafael Blanco
Tw : @rnegroblanco
Ig. : @rafaelantonioblanco
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