El Reino Unido ha comenzado a exigir desde este miércoles una nueva autorización electrónica para la entrada de viajeros provenientes de la Unión Europea (UE). Este permiso, conocido como ETA (Electronic Travel Authorization), es un requisito que los ciudadanos comunitarios deben cumplir antes de realizar su viaje, y se gestiona a través de la aplicación ‘UK ETA’.
El proceso de solicitud es descrito por el gobierno británico como sencillo y rápido, ya que se puede completar en línea. Sin embargo, plantea desafíos para algunos viajeros, especialmente aquellos que no dominan el inglés. La tarifa para obtener la ETA es de 10 libras (aproximadamente 12 euros), aunque se incrementará a 16 libras (cerca de 19 euros) en una semana.
La secretaria de Estado para Asuntos de Migración y Ciudadanía, Seema Malhotra, ha enfatizado que esta medida busca fortalecer la seguridad fronteriza y proporcionar a los visitantes una experiencia de viaje más fluida. Al descargar la aplicación ‘UK ETA’, los solicitantes deben proporcionar datos biográficos y biométricos, así como responder a preguntas sobre su idoneidad y antecedentes criminales.
Aunque el sistema permite recibir decisiones automáticas en cuestión de minutos, se recomienda a los viajeros que planifiquen con anticipación y dejen un margen de tres días laborables para posibles revisiones adicionales. Sin embargo, el nuevo requisito ha sido criticado por su potencial impacto negativo en el turismo. Sam Miley, economista del Centro de Investigación Económica y de Negocios, advierte que la introducción de cargos adicionales y trámites administrativos podría desincentivar a los turistas a visitar el Reino Unido, afectando sectores clave como la hostelería y el comercio minorista.
A la vez, la embajada española en el Reino Unido ha puesto a disposición recursos y asesoría en su sitio web para ayudar a los viajeros a navegar este nuevo proceso, destacando que todos los ciudadanos españoles y de la UE que planeen estancias cortas deben solicitar la ETA antes de su viaje.
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