Los países occidentales preparan sanciones contra Bielorrusia y están cortando sus conexiones con el país después de que el gobierno bielorruso interceptase un avión de Ryanair para arrestar al periodista y disidente Roman Protasevich el domingo. Desde la Unión Europea se ha hablado incluso de ‘piratería estatal’. Pero el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, no va a detenerse. Acaba de firmar una ley de medios que prohíbe completamente a los periodistas cubrir manifestaciones en directo si no han sido aprobadas por las autoridades. Es justo lo que hacía Protasevich, que en un vídeo que grabaron de él ayer en su centro de detención reconoció haber jugado un papel en la organización de “disturbios masivos” en la capital el año pasado.
Sus compañeros están seguros de que sus palabras son fruto de la coacción y los malos tratos. Su trabajo en redes sociales desde el exilio ha sido uno de los pocos contenidos independientes que quedan sobre Bielorrusia desde la represión masiva contra la disidencia el año pasado. De la mano del canal que fundó, Nexta, los bielorrusos recibían puntualmente toda la información sobre las protestas.
Las nuevas reglas que va a imponer Lukashenko significan que las protestas sin permiso legal, como las promovidas por la líder de la oposición, Svetlana Tijanovskaya, el año pasado, sólo pueden ser difundidas después de producirse.
Esta ley supuestamente tiene como objetivo evitar que los medios de comunicación “promuevan o propaguen” iniciativas de protesta. Además, las enmiendas impiden a los periodistas publicitar las convocatorias. La nueva ley incluso introduce la prohibición de publicar los resultados de las encuestas de opinión sin permiso gubernamental. Los fiscales podrán “restringir el acceso a las publicaciones que difundan información destinada a promover el extremismo”.
bielorrusas habían justificado la operación asegurando que el vuelo fue amenazado en un e-mail cuya autoría reivindicaba la organización islamista palestina Hamas.
“No recurrimos a estos métodos, que podrían ser obra de algunas partes sospechosas que tienen por objetivo demonizar a Hamas y afectar la compasión mundial por nuestro pueblo palestino y su legítima resistencia”, dijo el portavoz en declaraciones publicadas por Mundo.es.
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