Las autoridades venezolanas han intensificado los planes de contingencia y seguridad en la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, conocida como la Represa de Guri, ubicada en el río Caroní. Esta medida preventiva responde a informes de contrainteligencia que advierten sobre posibles amenazas de sabotaje y acciones desestabilizadoras planeadas para el mes de julio.
El ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, instruyó el refuerzo de los anillos de seguridad en la represa a través de la coordinación de diversos organismos estatales, con el objetivo de proteger este activo estratégico que suministra energía eléctrica a la mayor parte del país. Las autoridades se mantienen en máxima alerta para neutralizar cualquier intento de sabotaje que pueda poner en riesgo la estabilidad nacional.
En el marco de estas acciones, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) detuvo a dos ciudadanos de origen colombiano, quienes colaboran con las investigaciones y han aportado información relevante sobre redes de conspiración vinculadas a alias «Alfa 1», presunto líder de un campamento paramilitar en el norte de Santander, Colombia.
La Central Hidroeléctrica Simón Bolívar es fundamental para el sistema eléctrico venezolano, generando más de 47.000 GWh anuales, equivalentes al consumo de cerca de 300.000 barriles diarios de petróleo, y cuenta con una capacidad instalada de 10.000 MW. Es la tercera central hidroeléctrica más grande del mundo, solo superada por Itaipú y las Tres Gargantas, y fue inaugurada en 1968 tras una década de construcción en concreto armado. Sus instalaciones incluyen dos salones de máquinas con 10 generadores cada uno y un aliviadero de tres canales para el manejo de excedentes de agua en temporada de lluvias.
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