Durante un ataque de rabia, La sangre fluye a las manos, el ritmo cardiaco se acelera, hay un aumento en la secreción de hormonas, genera un ritmo de energía suficientemente fuerte para generar una acción vigorosa o agresiva. El problema es que en la mayoría de las oportunidades la rabia no es manifestada, por lo tanto se acumula en el cuerpo transformándonos en una olla de presión a punto de estallar, sólo esperando el momento en el que el cuerpo ya no tolere mas rabia o venga un detonante mas fuerte y aparezca la lesión, la enfermedad mas común en las personas que suelen mantenerse rabiosas es la hipertensión arterial. El Ejercicio, el Yoga, la escritura y las manualidades son prácticas magníficas para el manejo de esos ataques de rabia descontrolados que lo único que hacen es enfermarnos.
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