Más de 436 millones de empresas en el planeta afrontan un grave riesgo de interrumpir su actividad debido a la crisis generada por el COVID-19, advirtió este miércoles la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que insta a adoptar medidas urgentes para ayudar a estos negocios y sus empleados.
Según su tercer informe sobre los efectos de la pandemia en el mercado laboral, la OIT calcula que unos 232 millones de empresas de comercio mayorista y minorista, 111 millones del sector manufacturero, 51 millones en la hostelería y 42 millones en otras actividades, como la inmobiliaria, están en serio peligro.
“Millones de empresas en el mundo están al borde del colapso, carecen de ahorros y de acceso al crédito. Éstos son los verdaderos rostros del mundo del trabajo, y si no se les ayuda ahora sencillamente perecerán”, advirtió en un comunicado el director general de la OIT, Guy Ryder.
El organismo con sede en Ginebra insta por ello a que las medidas que se tomen en los distintos países para reactivar la economía se basen en un alto nivel de creación de empleo y estén respaldadas “por políticas e instituciones laborales más fuertes, y sistemas de protección social más amplios y dotados de más recursos”.
Por otro lado, la OIT aconseja una mayor coordinación internacional de los paquetes de medidas de estímulo y las iniciativas para aliviar la duda con el fin de que “la recuperación sea efectiva y sostenible”.
En su informe, la OIT prevé que en el actual segundo semestre, debido a los confinamientos y otras medidas para frenar el contagio del coronavirus, se pierdan un 10,5 por ciento de las horas de trabajo en el planeta, equivalentes a 305 millones de empleos a tiempo completo (a principios de este mes la previsión había sido de 195 millones).
Por regiones, la organización estima que América sea la más perjudicada, con una pérdida del 12,4 por ciento de las horas de trabajo, seguida de Europa con un 11,8 por ciento, mientras que en el resto de territorios se superaría el 9 por ciento.
La crisis ha tenido un especial impacto negativo en la economía informal, de la que viven más de la mitad de los trabajadores del mundo (2.000 de los 3.300 millones globales), por lo que la OIT estima que 1.300 millones de trabajadores, “corren peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento”, advierte el organismo.
En el primer mes de medidas de aislamiento social contra la pandemia, la OIT calcula que estos trabajadores informales (no sujetos a contratos) perdieron un 60 por ciento de sus ingresos en el mundo, porcentaje que aún fue mayor en África y América (81 por ciento) y en Europa y Asia Central (70 por ciento).
La OIT informó además de que en las dos últimas semanas la proporción de trabajadores cuyos países han impuesto la paralización de muchas actividades por la pandemia ha bajado del 81 al 68 por ciento, un descenso causado principalmente por la relajación de las medidas contra el COVID-19 en China.
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