Un agitado y nutrido grupo de ciudadanos tratando de recuperar sus pequeñas bombonas para gas arrastradas por la lluvia en las inundadas calles de Naguanagua, fue la nota pintoresca de los medios noticiosos la semana pasada.
La triste verdad es que sin necesidad de lluvia, hace rato por las calles de ese municipio corren las aguas negras cual río en conuco, de hecho existen lugares en el que se entremezclan las aguas blancas y negras de ese municipio, cual Caroni con el Orinoco en Ciudad Guayana.
Y no sólo es la falta de gas o las aguas negras desbordadas en un sistema de desagüe municipal obsoleto la principal carencia de ese municipio, la falta mayor es la ausencia de instituciones y organismos llamados a atender tantas precariedades, que por incompetencia, negligencia, desidia o fragmentación de la autoridad rectora del municipio, no se acometen las acciones necesarias para atender los diversos problemas que aquejan a esa comunidad. Vale señalar que el mismo Mañongo semeja un viaje a la luna o a un escenario de guerra. El mar de la felicidad pues.
Algunos concejales se ocupan en acciones de índole social, otros no se sabe en qué andany los asambleístas y diputados de ese municipio parecen estar distraídos en ser oficiosos ante las exigencias de su fraccion y de las instrucciones emanadas de sus ejecutivos sean nacionales o regionales.
En fin, un municipio llamado a ser faro de luz y emprendimiento de Carabobo parece condenado al ostracismo porque su liderazgo local lo ha dejado a la mano de Dios, nadie actualiza su plan de desarrolo ni acomete la gestión de recursos nacionales para resolver al menos sus problemas de drenaje, es al igual que todo Carabobo puro marketing.
Saludos
IG:@rafaelnegroblanco
X: @rnegroblanco
Deja una respuesta