“No se construye un refugio con ladrillos, sino con manos llenas de bondad”. Así describe Nieves Peña, fundadora de la organización “Mi Primer Rescate” en Carabobo, su trabajo diario dedicado al rescate, rehabilitación y adopción de perros abandonados y maltratados.
Su camino comenzó en 2014, con Guarimba, una perrita que acaba de parir en medio de la necesidad y la lluvia, dentro del hospital Carabobo. “Ellos no pueden pedir ayuda”, contó Nieves, y por eso decidió convertirse en su voz.
Desde aquel momento, cada rescate, cada caricia y cada mirada de agradecimiento alimentan la inspiración para continuar construyendo este refugio, en el cual el amor de los animales no se compra ni se exige, simplemente se entrega sin condiciones.
Como una semilla que fue sembrada y que ha ido creciendo, esta pasión florece con cada alma rescatada. Ver a Bruna correr a pesar de su pierna lesionada, a Tyron disfrutar de su libertad tras estar encerrado casi un año, o a Nana recuperar la alegría luego de ser rescatada, son los frutos más valiosos y la razón para seguir adelante.
“Verlos felices después de tanto sufrimiento es mi mayor impulso”, confesó la rescatista.
Esa es la misión de la fundación: cumplir con cada paso, desde rescatar a los animales, brindarles atención veterinaria, sanar sus heridas físicas y emocionales, hasta encontrarles un hogar lleno de cariño.
Además, la generosidad por estos seres no tiene límites y Nieves sueña con expandir su labor para apoyar a personas vulnerables que aman a sus mascotas, aunque carezcan de recursos para cuidarlas.
Adoptar es amar: un lazo sin condiciones
Adoptar un perro —ya sea un cachorro, adulto o anciano— representa una oportunidad única de ofrecer un hogar lleno de cuidado, respeto y afecto. Thor, Fresa, Boston y Lucy son algunos de los peludos que hallaron esperanza y refugio gracias a Mi Primer Rescate, donde hoy más de 60 perritos aguardan una familia que valore su amor incondicional.
El proceso de adopción se realiza mediante su cuenta de Instagram, iniciando con una entrevista para evaluar la disposición del postulante y luego coordinando una visita al refugio.
“A veces, el cariño hacia la vida te salva… por eso no hay nada más hermoso que un amor sin condiciones. Un perrito te amará toda su vida”, añadió Peña.
La honestidad, la responsabilidad, el amor y el respeto son los valores que Nieves transmite en esta admirable labor. Su mensaje para todos es claro: “El amor es lo primero, pero el respeto por la vida es esencial, implica valorar, comprender y aceptar a estos seres”.
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