Emmanuel Macron, presidente de Francia, hiperactivo en la escena internacional y con vocación de mediador en conflictos de difícil solución, arrancó un acuerdo verbal de los líderes rivales en Libia para celebrar elecciones presidenciales y legislativas el próximo 10 de diciembre.
En una reunión en el Palacio del Elíseo, el presidente francés intentó de nuevo impulsar una salida a la cruenta crisis que divide al país norteafricano, dividido entre facciones rivales, con presencia del Estado Islámico y lugar de paso para decenas de miles de inmigrantes africanos que desde ahí quieren entrar en Europa. El acuerdo (aprobado, pero no firmado) topa con un fuerte escepticismo, tanto sobre el terreno como entre algunos expertos.
La reunión, en la que participaron representantes de 20 países, varias organizaciones internacionales y el emisario de la ONU, Ghassan Salamé, debía servir para congregar a la llamada comunidad internacional y a las facciones libias en torno a un único plan para avanzar en el estancado proceso de paz. El plan fija dos etapas. De ahora al 16 de septiembre, los libios deben tener lista o bien una nueva constitución o bien una ley electoral que permita organizar las elecciones en la segunda fecha, el 10 de diciembre.
Los cuatro participantes libios (el primer ministro reconocido internacionalmente, Fayez Sarraj, el mariscal Jalifa Haftar, que controla el este del país, el presidente de la Cámara de representantes, Aguila Salah, y el del Consejo de Estado, Khaled al-Mechr) se comprometieron en el documento a “actuar de manera constructiva con las Naciones Unidas para organizar desde que sea posible unas elecciones dignas de fe y pacíficas, y a respetar los resultados una vez que se hayan celebrado”.
Fuente: http://globovision.com/
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