Las intensas lluvias que han afectado la región andina en las últimas semanas han provocado la pérdida total de al menos 150 hectáreas de tierras cultivables y daños parciales en otras 250 hectáreas, informó Osman Quero Pérez, presidente de Fedeagro. Esta situación representa un duro golpe para la agricultura local y nacional, afectando la producción y la disponibilidad de alimentos.
Los agricultores han tenido que buscar alternativas para movilizar sus cosechas debido a la destrucción de al menos 17 puentes en varios estados andinos, lo que complica la logística y distribución de productos. A pesar de las dificultades, el gremio continúa esforzándose para evitar un desabastecimiento en los mercados.
Quero Pérez destacó que, para recuperar el sector agrícola, se requieren inversiones cercanas a los 1.500 millones de dólares anuales que permitan reactivar la producción. Señaló que, aunque el país cuenta con tierras suficientes para abastecer el mercado nacional e incluso exportar, el financiamiento es un tema crucial que debe ser resuelto.
El impacto de las lluvias pone en evidencia la vulnerabilidad estructural del sistema agrícola y la necesidad de implementar políticas sostenidas que no solo atiendan emergencias climáticas, sino que también promuevan un desarrollo agrícola sostenible a largo plazo. Sin estas soluciones, cada temporada de lluvias podría convertirse en una amenaza recurrente para la seguridad alimentaria del país.
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