¿Duele la Distancia?
La Navidad es vivir la Resiliencia del Amor
El brillo de las luces navideñas a menudo oculta una profunda melancolía. Si usted pertenece a una “familia dejada atrás” por la migración, es probable que haya pensado: “No tengo nada que celebrar. La Navidad solo tiene sentido si estamos todos juntos.“
Esa silla vacía en la mesa es real y el dolor que sentimos es el alto costo del amor. Pero la Navidad es demasiado importante para dejar que la ausencia se la robe.
¡La Navidad no es un lugar, es un acto de fe!
No Infantilizar la Fiesta: La Lección de Nazaret
Hemos cometido el error de infantilizar las fiestas, creyendo que la Navidad es solo un festival de estrenos y regalos. Cuando la ilusión se va o la familia se dispersa, pensamos que la fiesta se cancela.
La verdad es que la Navidad es una fiesta para valientes.
Piense en la Sagrada Familia: Su primera Navidad fue una Celebración en medio de la Tragedia. No había comodidad; hubo rechazo y persecución. Ellos celebraron con Fe y Sobriedad absoluta. Si la Sagrada Familia pudo celebrar en el exilio, nosotros podemos celebrar en la distancia.
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El Ostracismo no es una Opción: No caiga en el error de ignorar la vida o pensar que ser “Grinch” es una virtud. Celebrar es un acto de resiliencia espiritual contra la tristeza. La verdadera alegría es la Felicidad con Lágrimas en los Ojos: la certeza de que Dios está con nosotros a pesar del dolor.
El Lazo que Ninguna Frontera Rompe: Juntos en la Distancia
La fe nos regala el puente más sólido: la oración.
Si usted reza el Rosario o asiste a la Misa del Gallo, está unido a su ser querido, esté donde esté. El Cuerpo de Cristo que usted recibe en su parroquia es el mismo que recibe su familiar en el extranjero.
Usted no fue “dejado atrás”: usted es el centinela de la fe de su familia. Es su misión mantener encendida la luz.
¿Cómo celebrar con esperanza?
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Encuentre sus “Amigos Incondicionales”: Busque a ese vecino o a otra familia sola. La amistad que se ofrece sin esperar nada a cambio (la amistad gratuita) es el mejor regalo de Navidad.
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Haga de su casa un Belén: La luz más hermosa no es la del árbol, sino la de una vela encendida por el camino de su ser querido, un Rosario ofrecido por su trabajo y salud.
No permitamos que la ausencia gane.
Este diciembre, celebremos que la esperanza no defrauda.
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