El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el miércoles la implementación de un arancel universal del 10% a todas las importaciones a EE. UU., que entrará en vigor a partir del 5 de abril de 2025. Esta decisión ha generado una fuerte reacción de líderes a nivel mundial, quienes han expresado su preocupación por las consecuencias económicas que esto podría acarrear.
Trump indicó que unos 60 países, incluyendo a los miembros de la Unión Europea (UE) y a China, enfrentarán tasas aún más elevadas a partir del 9 de abril. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, advirtió que “la economía mundial sufrirá enormemente” debido a estas medidas, señalando que la incertidumbre aumentará y podría desencadenar un mayor proteccionismo a nivel global.
Durante su anuncio, Trump afirmó que estas medidas son parte de un esfuerzo para que EE. UU. “vuelva a ser rico” y se mostró complacido con las decisiones tomadas, calificándolas como “muy amables”. Sin embargo, economistas de diversas ideologías han advertido que estos aranceles podrían repercutir negativamente en los consumidores estadounidenses, elevando los precios y arriesgando una recesión global.
La comunidad internacional observa con atención cómo estas políticas arancelarias podrían alterar las dinámicas del comercio global, que han estado en constante evolución desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Las reacciones de los países afectados y las posibles contramedidas que puedan adoptar serán cruciales para entender el futuro del comercio internacional
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