“Un esclavo llamado Androcles una vez escapó de su amo y huyó al bosque. Mientras deambulaba por ahí, se encontró con un León acostado gimiendo y gimiendo. Al principio se volvió para huir, pero al ver que el León no le perseguía, se volvió y se acercó a él. Cuando se acercó, el León sacó su pata, toda hinchada y sangrando, y Androcles descubrió que una espina enorme se había metido en ella, y estaba causando todo el dolor. Sacó la espina y ató la pata del León, que pronto pudo levantarse y lamer la mano de Androcles como un perro. Entonces el león llevó a Androcles a su cueva, y todos los días le traía carne de la que vivir. Pero poco después, tanto Androcles como el León fueron capturados, y el esclavo fue condenado a ser arrojado al León, después de que este último hubiera estado sin comida durante varios días. El Emperador y toda su corte vinieron a ver el espectáculo, y Androcles fue conducido al centro de la arena. Pronto, el León se soltó de su guarida, y corrió saltando y rugiendo hacia su víctima. Pero tan pronto como se acercó a Androcles reconoció a su amigo, y le aduló, y le lamió las manos como un perro amistoso. El Emperador, sorprendido, convocó a Androcles, quien le contó toda la historia. Entonces el esclavo fue perdonado y liberado, y el León se soltó en su bosque para que fuera libre”. (Esopo)
Bondad, solidaridad, gratitud, son elementos protagónicos de esta historia y factores fundamentales para la vida en armonía. Estos, junto con algunos más, son los llamados valores fundamentales que todos debemos aplicar en nuestro accionar en la vida. Los valores son parte de la esencia del ser humano. Tal vez no nazcamos con ellos, o los tengamos en nuestra información genética aletargados esperando su desarrollo, pero lo cierto es que todos los poseemos y estamos en capacidad de aplicarlos en nuestra vida cotidiana. Dependerá de nuestra crianza y experiencias de vida la manera como desarrollemos cada uno de ellos. En las edades iniciales, es fundamental un buen modelaje de valores, ya que estos se instaurarán en nuestro inconsciente y nos permitirán replicarlos de la misma manera.
Podemos decir que los valores humanos son aspectos positivos de nuestra conducta y comportamiento que nos permiten interrelacionarnos de una manera armónica y de gran bienestar para nuestro círculo personal y la sociedad que los promulga, provocando una multiplicidad de acciones comunes que hacen a los valores una forma de vivir. Dentro de los valores positivos podemos encontrar la bondad, protagonista de nuestra historia, el respeto, la empatía, la solidaridad, el amor, la paciencia y la tolerancia, como algunos de esos valores positivos que nos hacen seres humanos con capacidad de entender el bien y sobreponerlo a las malas acciones.
Tenemos la obligación moral de cultivar estos valores, no solo con nuestra familia, con nuestros vecinos y en nuestras comunidades. No importa el accionar de los otros. Haz tú parte y enfócate en tus posibilidades y verás cómo, entre todos, colaboramos a la formación de valores en conjunto. Si cultivamos estos valores positivos estamos colaborando con la formación de los valores humanos y una mejor sociedad.
En tiempos de crisis y violencia, el trabajar sobre nuestros valores positivos es fundamental. Tenemos la obligación moral de comportarnos según estas pautas personales y sociales, con la intención de contrarrestar tanta indolencia y desamparo. Somos más que la suma de nosotros. Podemos trabajar en privado y colectivo para hacer de este mundo algo mejor. La naturaleza nos grita auxilio desde hace tiempo y con ella muchos de nuestros semejantes que viven en penurias. No hace falta ver más allá de nuestras fronteras. Estoy seguro que cerca de ti tienes a alguien que necesita de tu bondad, solidaridad y apoyo. No lo dejes entendiendo y aliviana ese sufrimiento, compartiendo amor.
“No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien”. Romanos 12:21
Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarcíap
www.arnaldogarciap.blogspot.com
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