Los electrolitos son minerales esenciales que se encuentran en la sangre y las células, y son vitales para la salud muscular y nerviosa. Detectar su déficit permite actuar rápido, mediante hidratación y alimentación adecuada.
El cuerpo depende del equilibrio de estos minerales para funciones vitales como la hidratación, contracción muscular y transmisión nerviosa. Un mal equilibrio puede causar desde debilidad y confusión hasta problemas del corazón, según la Academia Española de Nutrición y Dietética.
Los principales electrolitos son sodio, potasio, calcio y magnesio, que ayudan a mantener el balance de líquidos, el pH y el metabolismo energético. El sodio y el cloruro predominan fuera de las células, mientras que el potasio está dentro de ellas.
La pérdida de electrolitos puede ocurrir por sudoración intensa, diarrea o vómitos, generando síntomas como fatiga, calambres y arritmias. Para restaurarlos, se recomienda una dieta equilibrada con alimentos ricos en estos minerales (plátano, lácteos, frutos secos, verduras) y una ingesta adecuada de agua.
Las bebidas deportivas y suplementos son útiles tras pérdidas abundantes, como en entrenamientos prolongados o enfermedades, pero no son necesarias para la mayoría. Un consumo excesivo puede afectar la presión arterial y la función cardíaca.
Para mantener los niveles óptimos, lo ideal es hidratarse constantemente con agua y mantener una alimentación variada. En caso de síntomas persistentes, es importante consultar a un especialista.
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