Diciembre es el mes más especial de todo el año, tanto así, que las creencias más importantes del planeta encuentran en él sus mejores motivaciones para celebrar.
El Janucá de los judíos, el Kwanzaa de los negros en EEUU, el Rohatzu de los budistas, el Mawlid el-Nabi de los musulmanes, el Zoroastro de los persas y por supuesto, la Navidad de los cristianos.
¿Qué tienen en común, al menos, estas religiones en este mes de diciembre?
Pues que cada motivación para celebrar está implícito el recuerdo no solo con sus orígenes y sus creencias, trae consigo lo más hermoso que tiene el ser humano, el reencuentro con sus seres queridos, con sus afectos.
Diciembre debería ser nombrado como el mes del abrazo. Las familias y los amigos se reencuentran y se abrazan, se desean el mejor porvenir y disfrutan de la felicidad de tenerse.
Hoy 24 de diciembre, los cristianos celebramos la noche buena y mañana la Navidad, y al igual que los persas, los negros en EEUU, los judíos, los budistas y los musulmanes que cada una con sus razones buscan en los abrazos con sus afectos la manera compartir la felicidad de vivir y tener sus seres queridos en sus vidas.
A los venezolanos, desde hace algunos años nos ha tocado duro celebrar cualquier fecha, estamos esparcidos por el mundo, pero las familias y los amigos encontramos el momento y la manera de tener ese abrazo, aunque sea a través de una pantalla.
A mi familia, a mis amigos… con estas letras les deseo que hoy nos reencontremos, y una vez más, olvidemos los miles de kilómetros que nos puedan separar y nos abracemos con el enorme afecto que nos une y que la distancia no logra dañar.
Para mi familia y amigos, hoy les invito a celebrar esta nochebuena con el abrazo de verdad, el del cariño así se esté donde se esté.
¡Feliz Navidad!
Gonzalo Martín.
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