Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos publicado el lunes alertó de la fuerte presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros grupos terroristas en Venezuela, lo que supondría una amenaza para todo el hemisferio.
El gobierno de EE.UU., a través del secretario de Estado, Mike Pompeo, ha expresado su preocupación por la estabilidad en el hemisferio y subrayado la necesidad de seguir implementando medidas, como las sanciones, para minimizar al máximo la expansión de los grupos terroristas en el resto del continente.
En conversación con la Voz de América tras la revelación del informe, el coordinador de la estrategia antiterrorista del Departamento de Estado de Estados Unidos, el embajador Nathan A. Sales, denunció que bajo el “exrégimen” de Nicolás Maduro, Venezuela se ha convertido en un lugar “seguro” para los terroristas y advierte que “cualquier cooperación” entre Irán y un “autócrata en el hemisferio occidental” va a ser vista con preocupación.
En busca de opiniones de expertos en el tema, la VOA conversó con Guillermo Cueto, un exagente de la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos (CIA por sus siglas en inglés), quien valoró que se debe añadir a la preocupación actual la existencia de células extremistas islámicas, como Hezbolá o Hamas, por el incremento de su poder en la región. Cueto indica que esto ocurre por apoyo y permisividad del gobierno en disputa de Nicolás Maduro en Venezuela.
Cueto advirtió en la entrevista que hay que seguir muy de cerca las violentas manifestaciones que se han registrado en Estados Unidos tras la muerte de George Floyd, principalmente porque cuentan “con el respaldo de países del hemisferio, como Venezuela y Cuba, que están ayudando en el reclutamiento” de personal para la “ejecución de acciones bélicas e insurreccionales dentro de Estados Unidos”.
En su opinión, este tipo de altercados en las principales ciudades de Estados Unidos no se pueden considerar como “casos aislados”, porque detrás “hay una agenda geopolítica muy bien estructurada” por los gobiernos de Irán, Cuba, Venezuela y la parte cibernética de China y Rusia.
“Las protestas no van de si Trump es presidente o Biden tiene que serlo. Eso va mucho más allá de la democracia y de la divergencia de los distintos partidos”, subrayó Cueto.
La pregunta ahora es de qué manera pueden afectar a los intereses de Estados Unidos los movimientos terroristas en América Latina. Cueto recalcó, “sin ninguna duda”, que “el foco principal, en la parte continental, está en Cuba y Venezuela”.
“A través de 60 años de preparación y práctica de Cuba en terrorismo en todo el hemisferio y en todo el mundo, el gobierno cubano ha plantado y desarrollado células de subversión”, aseguró recordando de que “Cuba también entrenó a Hugo Chávez, a altos funcionarios chavistas y por ende a (Nicolás) Maduro y (Diosdado) Cabello”.
La presencia de actores “extracontinentales” en la región, en referencia a Irán, preocupan a las agencias de inteligencia de Estados Unidos que ven que, poco a poco, se han ido instalando en Venezuela con un objetivo: controlar la región latinoamericana.
“Venezuela ha sido una base para la Guardia Revolucionaria de Irán, que ha sido declarada por EE.UU. como una organización terrorista perteneciente al gobierno iraní. Dentro de ese grupo están los Quds, que son especialistas en guerra asimétrica, insurrección, guerrilla urbana y rural que operan exclusivamente fuera de Irán”, expone Cueto.
Precisamente es este grupo el que, por muchos años, ha preocupado a los agentes de inteligencia estadounidenses, especialmente porque “son una fuerza especial que tiene (el gobierno iraní) para hacer terrorismo en el exterior, y ellos están en Venezuela y entrenando al resto de la región”.
Las acciones de las células terroristas en Venezuela
Según Cueto, estas operaciones en Venezuela son “sumamente peligrosas” porque el objetivo es “penetrar en la oposición” encabezada por Juan Guaidó. “Ellos han podido penetrar a través de las fuerzas de inteligencia de Cuba, la cibernética de China y Rusia”, recalca.
Su modus operandi siempre sigue el mismo patrón: “controlar a la población y neutralizar cualquier amenaza al régimen de Maduro, porque tienen penetración en todas las esferas sociales”.
Guillermo Cueto cree que “aunque hay buenas intenciones por parte de la administración Trump”, considera “que está fallida la articulación de las medidas que hay que establecer desde un punto de vista de contraterrorismo, contrainteligencia y de articulación de una formulación de política exterior en el caso específico de Cuba y Venezuela”.
La “negociación”, la fórmula del cambio de juego
Por eso, el exagente de la CIA plantea “una ecuación geopolítica” que no solamente tenga en cuenta a Venezuela, sino también implementar “unas contramedidas que incluyan a Irán, Rusia, China y Cuba principalmente”.
Para ello, está convencido de que todo eso debe hacerse “a través de conversaciones y negociaciones con los participantes extracontinentales” mencionados anteriormente.
“Es necesario sentarse con ellos y llegar a un acuerdo: ellos podrían salir de nuestro continente y, tal vez, nosotros aminoramos nuestra presencia alrededor de las esferas de influencia sin dejar que ellos abusen ni del libre comercio de petróleo ni que ataquen a Arabia Saudita”.
En el caso de los actores “continentales” como Cuba y Venezuela, Cueto señala que “no existe otra cosa que negociar” y recuerda que ese fue el gran éxito de la Guerra Fría: “Había diplomacia exógena que se veía y otras invisibles, que eran las diplomáticas, de funcionarios que ni siquiera se conocían pero que fueron efectivas”.
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