Los obispos de Nicaragua se han convertido en una suerte de árbitro para encontrar una salida a la profunda crisis política y social que vive este país centroamericano y que se ha cobrado ya la vida de al menos 53 personas. La tarde de este lunes los miembros de la Conferencia Episcopal pusieron fecha al inicio de un diálogo nacional lleno de incertidumbre, después de que el presidente Ortega aceptara solo uno de los cuatro requerimientos que los obispos habían pedido para iniciar las negociaciones. La Iglesia fue clara al afirmar que “las circunstancias para dicho diálogo no son las más idóneas”, pero que el mismo debe estar encaminado a allanar el camino para la democratización de este país, cuya institucionalidad ha sido destrozada por Ortega tras once años de mandato autoritario.
Información aquí vía El País de España
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