Debra Jeter había sido separada de sus hijas debido a problemas de salud mental. Sin embargo, durante un reencuentro en junio de 2009, cometió un acto devastador: asesinó a una de sus pequeñas e hirió gravemente a la otra.
La familia vivía en Texas y aparentaba ser común, pero detrás de esa imagen, Debra sufría de ansiedad y depresión severa que afectaron su comportamiento y relación con su esposo Lester. En 2009, Lester solicitó la custodia total de las niñas debido al deterioro de Debra, quien fue restringida de tener contacto no supervisado con ellas.
Tras semanas sin ver a sus hijas, un juez autorizó un encuentro supervisado que terminó en tragedia. En un granero abandonado, Debra atacó a sus hijas con una navaja, causando la muerte de Kelsey e hiriendo a Kiersten, quien logró pedir ayuda y sobrevivió.
Debra fue arrestada y durante el proceso confesó que no merecía perdón. Los peritos describieron que padecía un trastorno depresivo grave y episodios de disociación emocional, lo que influyó en su acto. El juicio terminó con una condena de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La comunidad y las autoridades han quedado con dudas sobre la supervisión y tratamiento que recibió Debra antes de la tragedia, buscando comprender cómo la tristeza profunda puede transformarse en un desenlace tan trágico.
informacion Noticia al dia y ala hora
Deja una respuesta