Ser venezolano es un sentimiento incalculable, es lo mejor que te puede pasar en la vida, somos talentosos, amables, carismáticos y siempre agradecidos, pero nuestro país está sumergido en una gran crisis , ya todos lo saben, pero ¿qué estamos haciendo?
La política se ha convertido en un medio de oportunismo con excusas doctrinales, la razón del fracaso en Venezuela ha sido la falsa política de muchos de sus líderes, la cual el dinero se volvió un motivo principal para hacer política, ya nadie quiere ser servidor, sino ser servido.
En los evangelios, Jesús dijo a sus discípulos, “quién quiera ser el primero, que se haga el último” hoy pocos dirigentes entienden esa frase del hombre más importante en la historia del mundo, pero lo más grave es que poco a poco la sociedad, el pueblo se ha empezado a parecer a sus líderes políticos, con un tejido social totalmente deteriorado.
Muchos culpan las sanciones, la oposición señala al gobierno, pero nadie asume la responsabilidad. Se supone que un gerente se conoce no por dirigir en tiempos bueno sino, por hacerlo en tiempos de crisis, pero acá en Venezuela, no existe gerente, observó con preocupación los señalamientos de uno de otros, cuando todos en una misma sintonía deberían tomar la batuta y asumir sus responsabilidades, dejar a un lado los egos, como nos enseñó nuestro padre Jesucristo y luchar por construir una mejor Venezuela.
En caminados al 21N
Ya viene el 21 de noviembre, todo parece estar servido para que el oficislismo vuelva a ganar unos comicios, gobernadores, alcaldes, concejales, diputados regionales, todos pintan rojo, con uno que otro cargo que le cederán a la oposición.
Este análisis nace del argumento que el G4, no le interesa ganar las elecciones, sino quedar mejor que otra oposiciones para fanfarronear una mayoría efímera que no existe, ante la polarización política.
Por otro lado está la Alianza Democrática, que bien o mal han peleado electoralmente, les dijeron “alacranes”, “colaboracionista”, “oposición de Maduro”, entre otros pseudónimos.
También está Unión Y Progreso, un movimiento recién fundado, que participó en los comicios del 6 de diciembre de 2020, sus líderes Mercedes Malavé, Eduardo Fernández, Pedro Pablo Fernández, son personas capacitadas tanto en lo político como lo humano, es un movimiento inclusivo en el que están los de izquierda y derecha, católicos y protestantes.
Además existen otros grupos de partidos, en general son más de 60 mil candidatos para más de 3 mil cargos, una verdadera locura, una situación inverosímil, la disputa de intereses, poder y protagonismo. Todos los opositores peleando entre ellos por el ego, mientras el madurismo, respira aires de grandeza, por los muchos años que se le avisora en el poder, si la oposición no hace lo que le corresponde.
Mesa de diálogo
México es una gran instancias para llegar a acuerdos, pero es necesario quitar sus intereses y colocar los del pueblo, ese son los verdaderos aspectos negociables, recuperar el bienestar de los venezolanos.
Pero negociar posiciones política, negocios propios e incluso pedir que inhabiliten algunos candidatos de otros factores, es una vergüenza, una bajeza política en este país que necesita dirección, liderazgos y razonabilidad.
¡Qué se vayan todos!
Fue un lema surgido espontáneamente en el curso de las protestas populares, piquetes y cacerolazos que caracterizaron a la crisis de diciembre de 2001 en Argentina. La consigna expresaba la crisis de representatividad y el desencanto completo de la población respecto de sus dirigentes, exigiendo la renuncia masiva de los gobernantes. Encuestas y análisis políticos concluyeron que en esos días el 70 % de la población apoyaban la consigna “que se vayan todos”.
Hoy una gran cantidad de venezolanos no quieren nada con los partidos políticos, que sólo hicieron daño al pueblo, sin embargo yo en lo personal no tengo nada en su contra, hay algunos movimiento y partidos que quieren recuperar el país, pero durante cinco años por lo menos, va ser imposible, porque en estos momentos, la gente está cerca de gritar,”qué se vayan todos”.
Sólo hay que esperar a ver que sucederá en los próximos meses y que dejará el 2021, hasta ahora no hay esperanza de un cambio político, pero si se puede dejar a un lado los egos y remar hacia un mismo barco.
Jesús “Chuo” Torrealba, fue el único que pudo enrrumbar ese barco y lo llevo a buen puerto, pero lamentablemente no fue de la conveniencias de muchos, por ellos no tener el papel principal. “Chuo” viene reiterando que el próximo 21 de noviembre, los liderazgo opositores serán renovados en cada municipio y región, amanecerá y veremos, pero yo también pienso lo mismo.
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