En el contexto actual de Venezuela, el rol del Locutor radica mucho más que en simplemente “dar la
voz” al aire. Ser locutor hoy representa un compromiso profundo con la comunicación efectiva, el
aporte cultural y la creatividad frente a un país que enfrenta uno de sus momentos más complejos en
términos económicos y sociales. En lo particular, dada mi experiencia de casi 20 años haciendo radio,
me permito reflexionar un poco, sobre cómo mantenerse vigente y relevante en un medio tan
cambiante y desafiante como la radio, que sigue siendo un canal vital para informar y conectar a la
sociedad.
El primer gran reto que observo, es la dificultad de salir al aire con un programa de calidad en medio de
los elevados costos de producción. La realidad económica impone una presión constante sobre los
medios, que se ven obligados a reducir presupuestos o a precarizar las condiciones laborales. Para un
locutor, esto significa enfrentarse a la paradoja de mantener la calidad y la creatividad sin contar con los
recursos suficientes, una tarea que exige ingenio y compromiso absoluto con el oficio.
Además, la competencia con otros medios digitales y plataformas de entretenimiento ha cambiado la
percepción del oyente y los hábitos de consumo. Mantenerse vigente implica no solo tener una voz
agradable o un mensaje interesante, sino también adaptarse a nuevas formas de comunicación, integrar
recursos tecnológicos y crear contenido que conecte con una audiencia cada vez más exigente y
dispersa. Si se asume esta transformación, es una oportunidad para que el locutor se reinvente y se
convierta en un verdadero comunicador 360.
Sin embargo, la cruda realidad es que los medios venezolanos enfrentan una crisis financiera que limita
su capacidad para pagar adecuadamente a sus locutores. En muchos casos, el talento se ve obligado a
aceptar remuneraciones muy bajas o a buscar actividades paralelas para sostenerse. Y sincerizando esta
situación con más claridad, hoy en día casi exclusivamente sale al aire, quien venda o tenga apoyo
publicitario. Esta situación pone en riesgo la calidad del trabajo al aire y puede desmotivar a quienes,
han dedicado su vida a perfeccionar su voz y su mensaje.
Encontrar una solución viable para que los locutores puedan estar bien remunerados sin sacrificar la
calidad de la producción es uno de los grandes desafíos. En lo particular, creo que se necesita un
equilibrio entre creatividad, eficiencia y modelos de negocio innovadores. Por ejemplo, la colaboración
más estrecha entre productores, anunciantes y locutores puede generar sinergias que reduzcan costos y
permitan un mejor reparto de ingresos, beneficiando a todas las partes.
Asimismo, la formación continúa y la profesionalización del locutor se vuelven herramientas esenciales
para mantenerse vigente. En un mercado difícil, quienes logren actualizarse, dominar nuevas
tecnologías y desarrollar habilidades multidisciplinarias tendrán mejores oportunidades para destacar y
negociar mejores condiciones. Para esto, el esfuerzo individual y colectivo para elevar el estándar
profesional, es clave para la supervivencia del medio y de quienes lo hacen posible.
La radio venezolana, a pesar de las adversidades, sigue siendo un espacio de resistencia cultural y de
comunicación popular. El rol del Locutor, entonces, trasciende lo meramente laboral; es un acto de
amor por la voz y por la nación. y si bien, en los días que corren, el camino es cuesta arriba, la pasión por
la radio y la convicción de su impacto social motivan a seguir adelante, buscando siempre que la voz
venezolana siga sonando fuerte y clara. El desafío es mayúsculo pero no insalvable. La clave está en la
innovación, la colaboración y la voluntad de adaptarse a un entorno cambiante. Recordemos siempre
que el Locutor no solo debe ser un transmisor de mensajes, sino también un constructor de puentes
entre la realidad del país y la esperanza de un futuro mejor, manteniendo viva la voz que une a
Venezuela a través de las ondas radiales.
@IvanLopezSD
@ColegioDeLocutoresCarabobo
Vice Presidente del Colegio de Locutores de Carabobo













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