“El Nacional” posee una artillería muy especial: la palabra labrada en fuertes combates, durante 78 años, donde se ha recogido la historia del país, camino a su primer siglo, en medio de severos obstáculos, sin que los tiranos de ocasión hayan podido doblegarlo.
El 3 de agosto de 1943, apareció su voz en las calles de Caracas, para desde ese momento asumir la responsabilidad de reseñar los acontecimientos importantes de cada día. Esas recensiones evolucionaron en un tipo de periodismo único, donde los grandes reportajes y entrevistas, las noticias, la opinión y todo trabajo del género, lleva sello propio, que ubica a gran altura sus publicaciones.
Por sus máquinas de escribir originarias, además de comunicadores brillantes, ha pasado lo más valioso de la literatura: novelistas, por mencionar solo uno, su fundador, Miguel Otero Silva, poetas ilustres, pintores, caricaturistas, como el Maestro Pedro León Zapata, que hizo de los “zapatazos” el pan de cada día. Todas las disciplinas del conocimiento se proyectan en sus páginas, la academia. “El Nacional” es como una capsula lanzada al mundo del saber y el engrandecimiento ciudadano.
Es de imaginarse en sus orígenes un encuentro en la sala de redacción, entre Antonio Arraiz, Miguel Otero Silva y el gran artista de la escritura, el Profesor Gustavo Díaz Solís. Cuartillas, aves que vuelan con auténtica genialidad.
En esa grandeza se inscriben los hijos que ha regado en tantos años: “el papel literario”, por ejemplo, siempre en manos sabias, como hoy, y que cada domingo profundiza en la actualidad intelectual, con los mejores análisis de habla hispana.
“Feriado”, cátedra del periodismo de entretenimiento. Sus asiduos lectores no podemos olvidar el trabajo ameno y profundo de Kiko Bautista y Elizabeth Fuentes. Temas engrandecidos por la belleza de la prosa.
Mención aparte del cuerpo deportivo en edición de papel. Recuerdo mucha gente que lo atesoraba. Era el béisbol, las competencias en las barriadas de las ciudades. El decorado del cuerpo B recibía las leyendas de aquella época, cuyo complemento esencial a un triunfo, era aparecer a cuatro columnas o, aunque fuera en un rinconcito. “El Nacional” es el otro podio que se anhelaba con furor.
Nada de nostalgias. El diario sigue adelante en formato digital, bajo los dictados de la comunicación objetiva, de dimensión histórica.
Cuando estudiábamos periodismo cada tema se ilustraba con un ejemplo: “El Nacional” del día correspondiente. Es una catedra abierta, para aprender de libertad.
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