Los días pasan, y nada se avizora como posible solución a la gran crisis económica y social que vive nuestro país. La calidad de vida merma cada día más. En esta dura realidad, recuerdo lo expresado por mi profesor de Economía Política Feliz Fermín, cuando aún estaba vivo: “Jóvenes, en los momentos difíciles que viva un país, es cuando más necesario es que cada quien asuma su rol: el Gobierno a gobernar, el maestro a dar clases, el policía a cuidar la calle, el ciudadano a ejercer ciudadanía, el votante a VOTAR; cada quien asumiendo su rol, la cosa mejorará más temprano que tarde”. Palabras sabias de mi estimado Profesor. Y vaya si hace falta eso ahorita, que cada quien lo asimile como es; de lo que trata, es de asumir nuestro rol. En la actividad política del sector opositor, se presentan dudas; poca claridad en el accionar se denota con facilidad. Ese es el meollo del asunto: EL “DILEMA OPOSITOR”. Aquí vamos con algunas reflexiones al respecto.
Participar o No en las elecciones REGIONALES
Se ha intentado un diálogo en más de una oportunidad. Casi siempre estas negociaciones, no fueron convocadas por la oposición venezolana. La oposición asistió debido a la presión internacional, sobre todo la que provino del Grupo de Lima y el grupo de contacto de Europa. Bajo esas condiciones, la oposición organizada no podía sino asistir. Además, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos presionó a favor del diálogo-negociación por una razón elemental: ellos no podían adjudicar al gobierno de Maduro el carácter de antidemocrático, sin obtener las verificaciones formales pertinentes. Entre ellas, la más decisiva: elecciones libres. Eso se ha repetido varias veces. Ahora bien, habiendo fracasado el diálogo, la oposición tuvo que determinar el curso de su futuro político. Esa ruta se puede resumir en una pregunta: ¿Era conveniente o no participar en las elecciones presidenciales del 2018 y las que recién se realizaron el pasado 6 de Diciembre para escoger a la nueva Asamblea Nacional?
Para los partidarios de la no-participación, en elecciones bajo condiciones determinadas por la “aparente” parcialidad del CNE, con cientos de presos políticos, con líderes inhabilitados, con miles y miles de exiliados a los que se ha arrebatado el derecho a voto, con puntos rojos establecidos para conducir el proceso electoral, con todos los medios a disposición del Gobierno, todo eso y mucho más, significaría contribuir a la legitimación del poder dictatorial. Ese es el PUNTO DE MIRA de quienes están de ese lado.
Las objeciones a la opción de no-participar parten del supuesto de que no siempre lo que es lógicamente formal, es políticamente lo más adecuado. No participar en las elecciones próximas elecciones regionales llevaría a los defensores de esta opción a entregar toda iniciativa al oficialismo, o lo que es peor, a regalar la elección sin oponer nada en contra. Opción que parte de una situación que se siente en la calle: más del 70% de la ciudadanía está definitivamente en contra del actual gobierno. ¿Cómo desperdiciar ese enorme capital electoral?
La necesaria PARTICIPACIÓN ACTIVA
Es indudable que los defensores de la no-participación señalan que su opción no es un llamado a los ciudadanos a quedarse en casa. Todo lo contrario: hablan de una no-participación activa. El problema es que las formas de activación no-electoral no las ha definido nadie. Parece ser difícil que acciones políticas no-electorales puedan llevar a cabo manifestaciones más multitudinarias que las activadas por una campaña electoral bien organizada.
Así las cosas, como se ven, EL DILEMA OPOSITOR pareciera tener espacios de resolución diferente. Como todo en la vida, hay siempre puntos de miras diferentes, y esta situación política no escapa de esa posibilidad.
De lo que se trata es que los políticos asuman el rol político que les toca, hacer política dentro del juego democrático en el que están incursos. Más allá del ventajismo del factor oficialista, que lo hay, la participación política a través del voto, pareciera la única salida oportuna, pacífica y democrática en la Venezuela de hoy. La presión internacional, las movilizaciones internas de protestas, y todas la demás acciones constitucionales son necesarias también, pero el escenario electoral siempre se presentará como una acción necesaria y pertinente.
El porqué de seguir votando
Los ciudadanos venezolanos vemos el deterioro progresivo de la calidad de vida y la polvorización del ingreso familiar, lo que trae como consecuencia una gran calamidad y peligro para los venezolanos. No son tiempos de rendirse, es la hora de trabajar con determinación e inteligencia, siguiendo la ruta democrática, ante el colapso evidente en las calles de nuestro país. Es necesaria una nueva CONCERTACIÓN política, no de los partidos o sus dirigentes, sino en una estrategia común que tiene mucho que ver con los retos electorales y con la protesta social que hoy sacude a Venezuela. Para ello, es necesario defender la necesidad de PRESERVAR EL VOTO como herramienta de cambio; además, el diálogo y la negociación como forma civilizada para la resolución de nuestros conflictos políticos internos, y sobre todo, compartir las luchas populares de calle siempre dentro de los parámetros de la protesta pacífica, para generar los cambios políticos desde la organización y la participación de las bases sociales del país. Así lo veo.
POST SCRIPTUM: Claridad y honestidad en los objetivos y la ACCIÓN POLITICA; eso es lo que piden los Venezolanos en los días que corren. #SerÚtilEsLaMejorPolítica.
Iván López
Twitter – Instagram: @IvanLopezSD
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