El pasado sábado la reunión entre María Corina Machado y Juan Guaido desató las pasiones políticas de sus seguidores a través de las redes sociales, luego de que Guaido no consiguiera el apoyo que estaraba de Machado.
El video circulado en horas de la noche de la dirigente de Vente Venezuela se evidenció que Guaido pretende una vez más aplazar lo inevitable, que es el fin de la auge como político.
En 17 meses Guiado no ha articulado una unidad entorno a la salida de los detentores del poder de miraflores, sino se ha creado una unidad entorno a cuidar los intereses que han logrado desangrado al igual que los revolucionarios los activos del Venezuela.
Algo con lo que no concuerdo con María Corina es llamar interino a alguien que no lo es y lo hemos repetido en diversas ocasiones que la presidencia interina no cumple los requisitos para ser catalogada como tal.
Juan Guaido es un populista, pero definamos el populismo parafraseando un poco a Florentino, “El populismo es jugar con las pasiones, ilusiones e ideales de la gente para prometer lo imposible”. Guiado sabe que la salida de Maduro no se da con una abstención o haciendo consultas vagas cada vez que se pueda (Desde mi punto lo vista solo pretende medir políticamente su apoyo).
No podemos esperar entre gallos y media noche, mientras estemos sentados, alguien que nos rescate de los “Revolucionarios”. Con mentiras y engaños, mientras unos desvían fondos en paraísos fiscales, otros los gastan en mujeres de la vida alegre y otros se gozan los lujos en Venezuela de la manera más descarada, en las calles se encuentra una población sumergida en el sufrimiento y la decadencia.
Guiado pretende mantener la Asamblea Nacional hasta el cese de la usurpación, en pocas palabra, pretende al igual que los “Revolucionarios” perpetuarse en su locura del interinato. Él sabe que la asamblea nacional ya cumplió su ciclo, que en 5 años no se han preocupado por dar una ruta clara y articulada, sino se han dedicado a levantar sus partidos y aprender de la corrupción.
“Un venezolano más de la decadencia” diría Pocaterra.
La ruta está clara y es una, no apoyo una intervención militar imaginaria, creo en el voto, pero el voto donde podamos expresarnos libremente sin coacción, pues soy demócrata, pero también tenemos que estar consiente que este no es cualquier gobierno, pues no tratamos con uno como tal, tenemos que vencerlos en su propio juego y con sus propias armas.
Al desastre del interinato le queda 120 días, 120 días para dar sus últimas estocadas (Si es que las tiene) sin mentiras, sin promesas y sin populismo, queremos una sola opción para el país, sin pasiones políticas, una opción donde no terminemos en los próximos 60 años como los cubanos a la orilla de un malecón esperando el rescate de los marines imaginarios.
Me niego a rendirme, me niego a vivir lleno de incompetentes políticos.
Eduardo Caballero
@EduardoC_Vzla
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