El descanso… tan necesario… tan difícil de encontrarle un hueco en nuestra vida…
Vivimos acelerados, llenos de responsabilidades y con mil tareas por completar, esto hace que en ocasiones no tengamos tiempo libre, ni siquiera los fines de semana. Y eso termina pasando factura… y es una consecuencia que siente nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra energía.
Hoy quiero guiarte por un mundo de profunda serenidad y calma… un lugar donde el descanso se convierte en lo más importante de tu vida… ¿Me acompañas?
La desconexión de nuestra vida cotidiana es necesaria porque…
La mente descansa… Nuestra mente… el ordenador central que todo lo controla… le presionamos tanto que en ocasiones se queda sin energía, le sometemos a tanta presión, que para ella el estrés y la ansiedad se convierten en compañeras de vida.
El estrés supone la activación de la alarma general que activa todo tu cuerpo, llenándote de energía para afrontar una amenaza (ya sea un tigre que amenaza tu vida o la presión en el trabajo). Y esta alarma comienza en tu mente, enviando información al resto del cuerpo a través de hormonas para señalizar a tus suprarrenales que segreguen más cortisol, para que el corazón lata más rápido, para que el páncreas segregue menos insulina y así tengas más azúcar en sangre y más energía. Además de esto, la sangre fluye hacia tus músculos, lo que te puede provocar mareo y sensaciones extrañas en el estómago.
Lo curioso de esto es que en el ataque de ansiedad o pánico, se experimentan todos estos signos y síntomas, señal de que el cuerpo está respondiendo ante una amenaza que nace en tu mente.
Si nunca paras… si te mantienes en la rueda de la presión en el trabajo, de las responsabilidades sin fin, lograrás agotarte porque tu mente vivirá en modo supervivencia y en ese estado es imposible relajarse y dejar que la creatividad llegue hasta ti. En ese estado donde lo único que importa es sobrevivir, comienzas a ser más arisco y los conflictos llegan, lo que puede hacer que tu vida cambie radicalmente y tomes decisiones precipitadas que a medio o largo plazo pueden ser perjudiciales para ti. Por eso es importante descansar, tomarte un tiempo, irte de vacaciones, guardar en un cajón tus responsabilidades habituales y disfrutar de la vida y del tiempo libre, porque cuando haces eso, reduces la presión sobre tu mente y tu cuerpo.
Vuelves a ti mismo… Cuando te tomas un tiempo, eres capaz de re-conectar contigo mismo. Tal vez esto te asuste porque eres un desconocido para ti mismo… te has dejado llevar por la vida, por las rutinas, por tus obligaciones… y ya casi ni te reconoces. Aunque esto te pueda parecer negativo, en realidad es una buena noticia… porque hasta que no te sientes perdido, no te puedes volver a encontrar.
Y para volver a conocerte, para volver a saber cómo estás y qué quieres de la vida, necesitas tiempo… A mí siempre me ayuda acudir a la naturaleza, caminar por la playa o perderme en la frescura del bosque. Tal vez para ti sea otra cosa… tal vez se adapten mejor a ti otras actividades como hacer yoga, meditar, leer, escribir, dibujar, hacer fotografías, perderte en una ciudad que no conoces… encuentra alguna actividad que te apasione y comienza desde ahí, vuelve a conocerte desde tus pasiones y creatividad.
Tu cuerpo se recupera del esfuerzo cotidiano… Como ya te he comentado antes, cuando tu mente no descansa, tu cuerpo lo sabe, está hiperactivo y funciona en modo supervivencia. Cuando descansas, cuando te das un tiempo, cuando reduces el ritmo al que vives, comienzas a enviarle la señal a tu cuerpo de que se puede relajar, que no hay peligros que os acechen.
Cuando te relajas, reduces la activación de tu sistema nervioso autónomo simpático y te conectas y activas el sistema nervioso autónomo parasimpático. Además de descansar, puedes hacer otras cosas para activar tu rama parasimpática… meditar, respirar de manera consciente, hacer ejercicios de pranayama, caminar entre la naturaleza…
Re-conectas con tus seres queridos… El estrés y el ritmo acelerado que llevamos en nuestro día a día, hace que en ocasiones tengamos poco tiempo para disfrutarlo rodeados de nuestros seres queridos. En ocasiones incluso podemos tener conflictos con ellos por las preocupaciones que arrastramos del trabajo, todo ello por no desconectar adecuadamente.
Cuando descansas, cuando te tomas un tiempo para ti, para re-conectar contigo mismo, también conectas mejor con los demás, y por tanto también establecerás relaciones más satisfactorias con tus seres queridos porque estarás relajado y serás tú mismo una vez más.
Te das cuenta de que la vida es mucho más que el trabajo… Y es que la vida no es solo trabajo… tal vez trabajes en algo que te ayuda a subsistir pero no te gusta lo que haces, en esa situación tal vez sientas que quieres escapar de tu trabajo. Pero tal vez vives la situación contraria… te apasiona tu trabajo y te gusta tanto que inviertes en ello muchas horas y aunque sabes que necesitas descansar y desconectar, sientes que no puedes parar porque todo depende de ti, porque quieres ayudar más… Te entiendo perfectamente… también me ocurre a mí…
Pero cuando descanso, cuando me tomo un tiempo, cuando me voy de vacaciones, me doy cuenta de que mi trabajo es importante porque ayudo, pero que yo también soy importante y que mi esencia, quién soy, sigue existiendo más allá del trabajo… más allá de la ayuda. Y en esos momentos me doy cuenta de que a veces me pierdo en el trabajo y de paso me pierdo algunas cosas de la vida… como la libertad de caminar sin prisas, como el bienestar que me produce respirar aire puro, como la calma que siento cuando camino por la playa y siento que las olas me acompañan… como mi respiración.
Tú eres mucho más que tu profesión, tú eres una persona única que también se merece descansar y desconectar. De modo que hazlo, introduce al menos 1 día o 2 a la semana donde no pienses en el trabajo, donde no tengas que estar frente a la pantalla del ordenador. Planifica vacaciones cada pocos meses, aunque solo sea un fin de semana o un puente… necesitas descansar… necesitas re-encontrarte.
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