El colesterol tiene varias funciones vitales en el cuerpo humano. Por ejemplo, la molécula es un componente de las membranas celulares y el cuerpo la necesita para producir vitamina D y algunas hormonas.
Sin embargo, los niveles excesivos de colesterol en la sangre, en forma de lipoproteína de baja densidad (LDL), son un factor de riesgo para la aterosclerosis, el estrechamiento de las arterias debido a la acumulación de placas grasas, que pueden provocar un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
El cuerpo fabrica su propio colesterol en el hígado, y las fuentes dietéticas ricas incluyen huevos, carne roja y mantequilla. Sin embargo, independientemente de su dieta, algunas personas parecen estar genéticamente predispuestas a desarrollar niveles elevados de colesterol en la sangre.
En este sentido, la revista Cell Metabolism publicó un estudio que encontró hallazgos que pueden explicar, en parte, por qué algunas personas tienen un riesgo heredado de desarrollar colesterol alto en la sangre. Este trabajo implica un gen que, normalmente, controla la producción de colesterol en el hígado cuando la ingesta de colesterol en la dieta es alta.
El trabajo se basó en estudios de asociación de todo el genoma, que recorren enormes bases de datos de secuencias del genoma en busca de correlaciones entre variaciones genéticas particulares y características específicas, como ciertas condiciones de salud.
Sin embargo, si bien estos estudios pueden limitar la búsqueda, no pueden identificar los genes individuales que son los responsables de la enfermedad. “Podemos hacer estos estudios e identificar regiones del genoma que están asociadas con, por ejemplo, diferencias en el colesterol en la sangre, pero solo nos da una especie de farola para iluminar”, explica el profesor Parks, autor del estudio.
Él y su equipo desarrollaron una nueva técnica que reduce esta búsqueda y combina el poder estadístico de los estudios de asociación de todo el genoma con detalles intrincados de estudios en animales. Esta técnica se basa en la gran superposición genética entre ratones y personas.
En promedio, los genomas de ratones y humanos comparten el 85% de sus secuencias genéticas, excluyendo todo el “ADN basura” que no codifica proteínas y no tiene una función conocida.
Así, los investigadores estudiaron primero hígados de ratones en el laboratorio, identificando una red de 112 genes que participan en la síntesis del colesterol. Luego buscaron en las bases de datos del genoma humano para encontrar cuáles de estos 112 genes se superponen con las secuencias de AND que los investigadores han relacionado con niveles altos de colesterol en las personas.
Este proceso les ayudó a identificar 54 genes, 25 de los cuales destacaron porque su papel en el colesterol o el metabolismo de los lípidos era previamente desconocido. Una nueva ronda de pruebas redujo aún más la búsqueda de un gen llamado Sestrin1.
DESACTIVAR LA SÍNTESIS DE COLESTEROL
Los investigadores descubrieron que Sestrin1 podría detener la síntesis de colesterol en el hígado cuando la dieta dispone de cantidades adecuadas de colesterol.
Cuando noquearon el gen en los hígados de los ratones, los animales no pudieron regular los niveles de colesterol en la sangre. De hecho, desarrollaron colesterol alto incluso cuando comieron una dieta que contenía cantidades normalmente saludables de la molécula.
Los científicos indican que serán necesarios estudios más grandes para confirmar sus resultados. Sin embargo, creen que la técnica de combinar datos de ratones y humanos tiene el potencial de identificar otros genes que aumentan el riesgo de enfermedades particulares.
Su método podría ofrecer nuevas vías para desarrollar medicina personalizada o de precisión, mediante la cual los médicos seleccionan los tratamientos más efectivos para las personas de acuerdo con su perfil genético.
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