Al momento de escribir estas líneas aún tengo en mente al bebé venezolano asesinado por la guardia costera de Trinidad & Tobago cuando huía con su madre a ese país desde Paria. En donde, en lo personal catalogo al gobierno de T&T de autores materiales del crimen, los intelectuales están de este lado de la frontera.
No hay manera tampoco de sacarme del pensamiento a la niña de siete años que murió ahogada al cruzar el Río Grande y llegar a los EEUU huyendo del régimen chavista-madurista.
Imposible olvidar al venezolano que murió congelado intentando llegar a Chile escapando de la vida impuesta por Maduro en Venezuela. Todo en semana y media.
Y así, ponerse a detallar cada una de las experiencias y tragedias de cada migrante venezolano, habiéndolo logrado o no es algo realmente espeluznante.
Tengo familia, amigos y vecinos que han emigrado, y es duro para quien se va y para quien se queda.
Nadie, o muy pocos, se van del país donde nacieron dejando familia, amigos, tradición, bienes y comodidades por gusto, y mucho menos “por moda”.
Hablar de migración por “moda” no sólo es una ofensa a quienes murieron intentándolo, o a quienes han padecido abusos de todo tipo en el trayecto; es una burla a la necesidad.
“Necesidad”, esta palabra es la gran motivación de quien huye de su país.
El que deja todo atrás es que tiene la necesidad de vivir, ya cansado de sobrevivir y padecer la frustración de no lograrlo.
Entonces, me puse a pensar porque existe esa “necesidad” y la respuesta es simple, el país está reventado, acabado, hueco, el país ha fracasado como Nación.
Venezuela no es capaz de producir por sí misma para proveer lo mínimo que necesitan sus ciudadanos.
Entonces, miré al pasado buscando porque estamos en este fracaso, y sin esforzarme se vio que es.
Todo comenzó cuando Hugo Chavez dijo: “para que nazca algo, algo debe morir” y comenzó a asesinarnos como Nación.
La cosa comenzó por expropiación del poder reduciendo a los poderes públicos independientes a sus órdenes y caprichos, una vez logrado esto siguió con las expropiaciones de bienes productivos privados de manera indiscriminada para ir creando algunas industrias paralelas rojas y así ir conformando sus propias clases sociales, los ricos de antes fueron suplantados por los nuevos, la clase media reducida y casi desaparecida por factores económicos y migratorios y una clase pobre cada vez tan mayor como dependiente del Estado.
Parte de la nueva clase privilegiada están los militares a quienes, Chávez primero y luego Maduro, les otorgó concesiones para tenerlos así, comprados, bajo su dominio y esto por supuesto obligarlos a doblegar a la sociedad si se les ocurriese quejarse.
Hay dos tipos de migración venezolana, la de la necesidad, que ya mencioné y la otra, la de los hijos de los poderosos chavistas y “amigos” que buscan vivir en países donde si funcionan las cosas, donde todo sea bonito y puedan gastar a gusto lo que obtienen sus padres o jefes de los negocios donde los gobiernos, el anterior y este, les ha beneficiado.
Un país que destruyó, o cuando mejor, redujo la capacidad de producir lo que requiere para su sustento.
Un país que en manos rapaces “raspó la olla”, esto me hizo buscar algunas palabras que definiera a los gobiernos rojos y no fue difícil encontrar las siguientes definiciones, que les pido lean con atención y se darán cuenta que cada una de ellas aplican perfectamente al chavismo-madurismo.
Carroña según RAE:
1. Podrido, corrompido.
3. Persona, idea o cosa ruin y despreciable.
Rapaz según RAE:
1. Inclinado o dado al robo, hurto o rapiña.
Rapiña según RAE:
1. Robo, expoliación o saqueo que se ejecuta arrebatando con violencia.
Depredar según RAE:
1. Robar, saquear con violencia y destrozo.
Destructor (destruir) según RAE:
1. Reducir a pedazos o a cenizas algo material, u ocasionarle un grave daño.
2. Deshacer o inutilizar algo no material. Destruir un argumento, un proyecto.
3. Malgastar o malbaratar la hacienda.
4. Quitar a alguien los medios con que se mantenía, o estorbarle que los adquiera.
En Venezuela, muy pocas cosas quedan en pie y en buen funcionamiento, y he allí la necesidad de la gente de escapar de este ahogo, aún a pesar del riesgo de sus vidas y la de sus hijos y abuelos.
Piénsenlo, desde el comienzo, el chavismo no ha aportado nada nuevo productivo ni positivo para el país.
Busquen un solo éxito y se darán cuenta que todo se reduce a eslogans y a campañas patrióticas etéreas y estériles.
¡Allí les dejo eso!
Gonzalo Martín
IG/TW: @gmartin1961
Deja una respuesta