El liderazgo opositor venezolano luce atrapado en una permanente controversia de la cual nunca parece poder escapar generando desasosiego y escepticismo entre quienes disentimos del gobierno nacional y procuramos su cambio.
Si no tienen un motivo de disputa se lo inventan. Con maquinitas o sin ellas, con el voto en el extranjero o sin él, con el CNE o autogestionario, ahora con la mucha o poca nucleación de centro electorales que influiría en la intención del voto primario.
Así se van pasando los meses en una discusión que no apunta a la participación electoral plena, sino que más bien la frustra, por la relevancia que los actores políticos del momento dan a sus intereses particulares y de sus partidos antes que a los intereses comunes de los connacionales.
Asumen cual velocistas una carrera desenfrenada para ver cual de ellos se hace primero con el afecto popular y logra ser Presidente de la República sin considerar que el arte del entendimiento, los acuerdos generales de interés nacional, son la vía más expedita para alcanzar el reconocimiento de las grandes mayorías. Quizás allí pudiéramos encontrar la explicacion de los continuos fracasos electorales de quienes han liderado la oposición en los últimos tiempos.
La primaria que hoy ocupa la atención de todos cuantos hacemos seguimiento a las actividades políticas, tan sólo facilita la jerarquización de liderazgos dentro de un relevante sector opositor, al cumplirse habrán cerrado uno de los ciclos de su proceso electoral que los pudiera posicionar privilegiadamente en la contienda presidencial, pero en modo alguno les atribuye la exclusividad opositora para tal fin, aunque debo reconocer que muchos ingenuamente piensan o quieren creer que el candidato seleccionado en la primaria es sinónimo del candidato de la oposición no siendo asi.
Hay otros sectores partidistas opositores e independientes con sus propios candidatos quienes también buscan su posicionamiento en el afecto venezolano para intentar participar con oportunidades de éxito en las venideras elecciones presidenciales, resta ver si pueden lograrlo.
La verdad verdadera es que el mejor candidato para liderar Venezuela y poder desplazar al actual gobierno, no es el más radical, ni el más blando, ni el más sabio o el menos formado, ni el más o menos simpático, o el menos viejo o el más joven.
Pareciera que candidato opositor ideal seriá aquel que logre la union de todos los venezolanos, opositores o no, estén en los partidos politicos o no, como única forma de propinarle un knocaut político al PSUV y a su gobierno.
Para nosotros en Union Progreso, lo relevante es la Union Nacional de todos los venezolanos en torno a un programa de recuperación nacional y lograr el cambio del gobierno, lo demás llegará solo o por añadidura.
Saludos
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