El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de Venezuela (CICPC) anunció la detención de Carla Dorianny Díaz Torrealba, alias “La Pelúa”, en Fuerte Tiuna, parroquia Coche, en la capital venezolana. Estaba acompañada de Oscar Eduardo Durán, quien también formaría parte del grupo de Carlos Luis Revete, alias “Koki”.
Díaz Torrealba era conocida en el barrio La Cota 905 por ser una de las “gariteras preferidas” de Revete. En Venezuela, se le dice “garitero” al individuo reclutado por bandas criminales que tiene como función principal vigilar desde puntos estratégicos de la barriada la presencia de funcionarios policiales, para de esta forma alertar al resto del grupo delictivo.
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De acuerdo a lo que informó el medio local Cactus24, los uniformados también llegaron al callejón Falcón, de la calle Santa Cruz, casa 8 de Las Adjuntas, del municipio Libertador, donde lograron la aprehensión de un tercer sujeto identificado como Jender Edwin Díaz Rodríguez.
Estos arrestos se dieron en el marco de la “Operación Gran Cacique Indio Guaicaipuro”, ordenada por el dictador Nicolás Maduro para desarmar las bandas criminales que tienen una fuerte presencia en la Cota 905, La Vega y Petare.
A pesar de tener cargos en contra desde 2013, por crímenes como robo, homicidio y narcotráfico, Revete goza de gran impunidad. El pacto de no agresión al que llegó con las autoridades venezolanas demuestra la abdicación casi total del Estado en los barrios marginados controlados por las megabandas.
Revete nació en 1978 y creció en los barrios populares de Caracas. Poco se sabe de su vida hasta 2013, cuando fue acusado del asesinato de Greiber Danilo Alonso Lucas en el sector “Los Alpes” de Cota 905. Se cree que en ese entonces, Revete pertenecía a una pandilla callejera conocida como “Los Chiches”, y que mató a Alonso Lucas como respuesta a una foto que apareció en las redes sociales de este último, en la que posaba con un enemigo de la pandilla.
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Cota 905 es uno de los sectores más violentos de Caracas y en él existen múltiples pandillas urbanas. Durante años, el sector ha sido objeto de violencia y arbitrariedades por parte de la policía, lo que ha dado origen a una profunda antipatía de los habitantes del sector hacia los organismos de seguridad. En este contexto, las pandillas ganaron poder social como autoridades de facto en la comunidad.
Revete ganó importancia como lugarteniente del líder de la banda, Jesús Alberto Ramos Caldero, alias “El Chavo”, quien en 2014 se propuso unir a las pandillas de Caracas contra la policía. Esta iniciativa contribuyó al surgimiento de una nueva estructura criminal en Venezuela: las “megabandas”, cada una de las cuales está compuesta por más de 50 miembros, son más organizadas y están mejor armadas que las pandillas callejeras tradicionales e imitan la estructura jerárquica de las pandillas carcelarias de Venezuela. Cuando Ramos fue asesinado por el CICPC en enero de 2015, Revete asumió el liderazgo de su nueva megabanda en Cota 905. Revete continuó el proyecto de unificación de Ramos, y algunas fuentes le atribuyen la unión de las bandas de Cota 905: El Cementerio y El Valle.
En enero de 2015, Cota 905 fue incluida en el programa de “Zonas de Paz” del régimen de Maduro, mediante el cual las autoridades cedieron el control territorial a las organizaciones criminales, a cambio de que estas redujeran la violencia. Esta tregua se rompió en julio del mismo año con el inicio de la Operación Liberación del Pueblo (OLP), propuesta por Maduro, la cual consistió en una fuerte represión que marcó el regreso de la violencia policial y de las violaciones a los derechos humanos que se habían dado en el pasado. La primera incursión de la OLP en Cota 905 dejó como resultado 15 muertos, solo seis de las cuales tenían antecedentes criminales. Revete no se contaba entre ellos, pues se había refugiado en una prisión pocas horas antes de la redada. Continuó evadiendo su captura durante toda la operación, lo que alimentó la sospecha de que el verdadero objetivo de esta eran los rivales de Revete.
En agosto de 2017, la entonces presidenta (y actual vicepresidenta) de la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez, visitó Cota 905. Se dice que los habitantes del sector les solicitaron a los funcionarios que restablecieran el programa de Zonas de Paz y prohibieran la entrada de la policía al barrio. Sin embargo, fuentes de InSight Crime revelaron que la delegación también se reunió con Revete durante la visita, y se cree que llegaron a un pacto con el líder criminal. Después de eso, se reactivó el programa de Zonas de Paz en el sector y se retiraron las fuerzas de seguridad.
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Una trinchera destruida junto a una garita utilizada como puesto de control por la banda criminal de El Koki, en el barrio de la Cota 905 en Caracas, Venezuela. Foto tomada el 14 de julio de 2021.
Una trinchera destruida junto a una garita utilizada como puesto de control por la banda criminal de El Koki, en el barrio de la Cota 905 en Caracas, Venezuela. Foto tomada el 14 de julio de 2021.
El abandono estatal de que fue objeto Cota 905 convirtió al sector en un enclave criminal, donde las megabandas se movían con total libertad. Aunque la “pax mafiosa” entre las pandillas y las fuerzas de seguridad quizá redujo la violencia, también les permitió a bandas como la de Revete acumular armamento pesado y consolidar sus economías criminales. Hacia 2016, se estimaba que la banda de Revete tenía entre 70 y 120 miembros, quienes usaban a Cota 905 como base de operaciones para la extorsión, el secuestro y el robo de vehículos. Aunque incluyendo a las pandillas aliadas, puede contar hasta con 180 hombres.
Dentro de la Zona de Paz de Cota 905, Revete goza de una impunidad casi total, lo que quedó demostrado de manera abrumadora con un video que ha circulado en las redes sociales, en el que se lo ve participando abiertamente en una fiesta del barrio. Lo más alarmante es que dicho programa parece estar permitiendo que las megabandas alcancen niveles de integración y organización cada vez mayores. Los informes de seguridad indican que, a mediados de 2019, Revete se encontraba trabajando con su compañero de pandilla, Carlos Alfredo Calderón Martínez, alias “El Vampi”, en la dirección de una megabanda de unos 180 miembros, cuyo imperio criminal se extiende más allá de Caracas. A lo largo de 2019 ha habido nuevas señales de que El Koki se siente a salvo de cualquier daño. En junio de 2019, el criminal estuvo presente en el pomposo funeral, en honor de uno de los miembros de su pandilla, cuya ceremonia fue presidida por Alex de Castro, reconocido salsero puertorriqueño y pastor.
Un coche aplastado por un tanque de las Fuerzas Especiales (FAES), después de enfrentamientos armados entre los miembros de la banda criminal de El Koki y las fuerzas policiales, en Caracas, Venezuela. Foto tomada el 12 de julio de 2021. REUTERS/Leonardo Fernández Viloria
Un coche aplastado por un tanque de las Fuerzas Especiales (FAES), después de enfrentamientos armados entre los miembros de la banda criminal de El Koki y las fuerzas policiales, en Caracas, Venezuela. Foto tomada el 12 de julio de 2021. REUTERS/Leonardo Fernández Viloria
En julio, miembros de la banda de “El Koki” atacaron a agentes de la CICPC en Cota 905. Poco después se les ordenó a los agentes que salieran de la zona, una situación que se ha hecho común cuando se afecta a la banda de “El Koki”. Básicamente, la policía tiene prohibido ingresar a las áreas controladas por la banda.
A finales de diciembre de 2020 y comienzos de enero de 2021 miembros de la banda que lidera Revete tomaron sectores de la barriada La Vega, una zona popular de Caracas, que, aunque queda muy cerca de la Cota 905, no había sido ocupada por el grupo criminal.
La acción de la banda generó que el 6 de enero funcionarios policiales del régimen de Maduro, principalmente de las FAES, incursionaran a la barriada en búsqueda de los aliados de Revete. El operativo se extendió hasta el sábado 9 de enero y dejó, extraoficialmente, 23 personas fallecidas. Defensores de los derechos humanos denunciaron el suceso como la matanza policial con más número de víctimas que se ha desarrollado en el país.
Aunque gran parte de las víctimas no fueron identificadas por sus familiares, InSight Crime logró confirmar que “El Koki” no fue uno de los asesinados.
La banda de “El Koki” ha mantenido enfrentamientos casi semanales hasta abril 2021 con bandas rivales y con las fuerzas de seguridad en zonas aledañas a Cota 905. Esas confrontaciones, además de la presencia de varios miembros de la banda en Valles del Tuy, revelan que “El Koki” parece seguir adelante con sus planes de expansión.
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