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Concepto de soberanía de Maduro lo lleva a la entrega de PDVSA a los iraníes: Tendremos la gasolina mas costosa?

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Luego de acusar durante los últimos 20 años a la oposición venezolana, bajo el calificativo de apátrida, entreguista y otros burdo calificativo, Maduro después de terminar de destrozar la empresa PDVSA y con la justificación del bloque , entrega lo que era la principal empresa productiva del estado a Iran, Cayó en la privatización que no es mas que una característica del tan criticado capitalismo.

La refinerías Cardón y Amuay de PDVSA, los técnicos iraníes están reparando plantas paralizadas. En abril, más de una docena de vuelos desde Teherán trasladaron a los trabajadores, junto con suministros y piezas, al complejo de refinación de Paraguaná y se fueron con 9 toneladas de oro, alrededor de US$500 millones, como pago.

Entretanto, como solución a corto plazo, se espera que tanqueros iraníes con millones de barriles de gasolina lleguen a Venezuela este fin de semana. El Ministerio de Relaciones Exteriores iraní ha dicho que cualquier intento de Estados Unidos por detenerlos se encontrará con “una respuesta rápida y decisiva”. La oposición venezolana, liderada por Juan Guaidó, ha advertido que no se debería permitir a los barcos atracar.

En las refinerías Cardón y Amuay de PDVSA, los técnicos iraníes están reparando plantas paralizadas. En abril, más de una docena de vuelos desde Teherán trasladaron a los trabajadores, junto con suministros y piezas, al complejo de refinación de Paraguaná y se fueron con 9 toneladas de oro, alrededor de US$500 millones, como pago.

Una revisión del sistema de distribución de gasolina del país significaría el fin de los controles de precios que han permitido que los venezolanos llenen sus tanques prácticamente de forma gratuita. También representaría un cambio radical en la cultura venezolana, flexibilizando el monopolio del Estado sobre el principal activo del país. PDVSA recuperaría millones actualmente perdidos en subsidios.

La escasez, especialmente en la provincia, ha existido durante algunos años debido a la mala gestión de PDVSA. Ahora ha llegado a Caracas. El ejército vigila las estaciones de servicio, donde solo personal selecto puede llenar parcialmente el tanque, racionando el combustible a 20 litros por automóvil. Luego de tener la gasolina más barata del mundo, los venezolanos ahora pagan hasta US$4 por litro (US$15,2 por galón) en el mercado negro.

El año pasado, el Ministerio de Petróleo elaboró una propuesta para elevar los precios a niveles internacionales. Refleja la delicadeza del tema el hecho de que el documento lleve tiempo languideciendo en la oficina del vicepresidente, según una persona familiarizada con la situación.

Funcionarios de prensa de PDVSA y el Ministerio de Petróleo no respondieron a solicitudes de comentarios sobre los planes.

Pero parece que se avecina un cambio. Según dos personas, se está verificando la conectividad a internet en 250 estaciones, de 1.530 en todo el país, y desbloqueando los lectores de tarjetas para ampliar la conectividad con bancos privados.

Actualmente, las estaciones solo aceptan efectivo en moneda local. Una vez que las tarjetas de crédito funcionen, los precios se calcularán efectivamente en dólares.

Algunos partidarios de Maduro en la súper legislatura conocida como Asamblea Nacional Constituyente, favorecen un aumento de precios.

Mantener las exenciones de subsidios para sectores especiales también es un problema, agregaron personas con conocimiento del asunto. Los subsidios gubernamentales al combustible ascienden a US$2.800 millones anuales en los niveles actuales de racionamiento de consumo y cuarentena de 40.000 barriles por día, por debajo de los US$17.000 millones de hace siete años, según Nelson Hernández, experto en energía.

Un cambio de esta magnitud requeriría una acción legal y legislativa, que podría ser bloqueada por la oposición. Por lo tanto, Maduro puede entregar el tema al Tribunal Supremo de Justicia de mayoría oficialista.

Tampoco queda claro si la privatización del mercado de la gasolina evadiría las sanciones estadounidenses. La administración Trump ha sancionado a entidades públicas para enviar el mensaje de que está tratando de derrocar al Gobierno, no perjudicar a la gente.

En 2018, Maduro dijo que la disparidad en los precios del gas entre Venezuela y sus vecinos había llevado a una tasa de contrabando tan alarmante que se perdieron US$18.000 millones en ese año. Contemplaba subir el precio en un plan que incluía un sistema de pago bancario estatal pero nunca lo hizo.

Entretanto, los nuevos sistemas de pago parecen estar en periodo de prueba.

Copropietarios y arrendatarios de las estaciones de servicio de PDVSA están en conversaciones para crear compañías e ingresar al mercado una vez que este abra.

PDVSA administra el suministro de gasolina y diésel desde 2008, cuando el predecesor de MaduroHugo Chávez, prohibió a las empresas privadas del mercado, expulsando a BPTexaco Shell, entre otras, después de décadas de operaciones en Venezuela.

 

El campo venezolano sin gasolina

 

En el campo venezolano, la sequía es distinta al resto del mundo. Los productores no solo ansían agua: están sedientos de gasolina.

La crónica escasez de combustible se destapó hace dos meses en los 23 estados y la capital de Venezuela. Coincidió con la declaratoria de pandemia por la COVID-19 y la orden de cuarentena absoluta de parte del gobierno en disputa de Nicolás Maduro.

“Sin gasolina, no puede haber comida, y, sin comida, no puede haber salud”, ilustra Armando Chacín, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, conocida como Fedenaga, considerado el gremio más importante del sector en el país.

Chacín comparte con la Voz de América un gráfico sobre la distribución de gasolina a los no menos de 100.000 ganaderos del país durante la contingencia sanitaria.

La petición de su gremio al madurismo consiste en que cada productor reciba al menos 70 litros de gasolina por semana para atender sus fincas, fundos y haciendas.

Es una cuota semanal de 180 cisternas de aproximadamente 30.000 litros de gasolina que abastecerían las operaciones mínimas en el campo venezolano.

Las cifras de Fedenaga reflejan, sin embargo, la ausencia del combustible y la desatención a un sector considerado como prioritario por el ejecutivo en disputa.

Los ganaderos, precisa, redujeron a uno por semana los viajes desde sus hogares hasta sus unidades de producción para economizar el gasto de combustible.

Cada vez, cargan con comidas, medicinas, repuestos, mecánicos, soldadores y electricistas para resolver cualquier necesidad existente en sus predios.

“Aquí no hay ningún sector privilegiado. No entendemos por qué hay más gasolina en el mercado negro que en los sectores que fuimos llamados ‘de emergencia’”, reprocha.

En Machiques, municipio productor del occidente venezolano, un litro de gasolina revendida cuesta entre dos y tres dólares. Y les cuesta trabajo pagarlos, dice Chacín.

Chacín, quien trabaja con tierras y ganado en el estado Zulia, junto a 12.000 ganaderos, resalta que la crisis del sector ya existía en todo Venezuela antes de la COVID-19.

Cita como ejemplo a las empresas transformadoras de la leche. Producían a 30 por ciento de su capacidad instalada antes de la pandemia. Luego, solo 12 por ciento.

“No tienen capacidad de ir a las unidades de producción. No hay combustible para (trasladar) las materias primas”, lamenta.

De seguir la crisis, Fedenaga anticipa que los ciudadanos tendrán que viajar cada vez más a los poblados rurales para conseguir alimentos como la carne y la leche.

Por qué no hay  la gasolina?

En su comunicado, el gobierno culpó al “perverso plan bloqueo de naval de Estados Unidos”, que estaría impidiendo el suministro de insumos necesarios para la producción del combustible.

Pero los problemas vienen de tiempo atrás.

Pese a que se estima que Venezuela es el país con las mayores reservas de crudo del mundo, la escasez de gasolina se fue haciendo habitual en paralelo al deterioro de Petróleos de Venezuela (PDVSA). Según los expertos, la petrolera estatal sufre los efectos de años de mala gestión, falta de inversión y corrupción.

Antonio de la Cruz, experto de Inter American Trends, le dijo a BBC Mundo que “los parques de refinería del país colapsaron y la producción nacional de gasolina es hoy muy baja”.

“Aunque llegaron a producir más de un millón de barriles de gasolina diarios, los parques están hoy trabajando a un 10 o un 15% de su capacidad”, indica el experto.

El Ministerio de Comunicación de Venezuela no respondió a una solicitud de comentarios de BBC Mundo.

Fuentes conocedoras del sector explicaron que luego se sumó el impacto de la política de Estados Unidos, que para lograr su objetivo de forzar la salida de Nicolás Maduro del poder, extendió sus sanciones hasta las operaciones de PDVSA, lo que agravó sus dificultades.

Para compensar la caída de la capacidad refinadora nacional, el gobierno venezolano había optado en los últimos meses por importar gasolina a cambio de crudo, principalmente a través de la rusa Rosneft.

 

Pero entonces, se desató lo que Francisco Monaldi, analista de Política Energética del Baker Institute, describe como una “tormenta perfecta para Venezuela”.

En febrero, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a Rosneft Trading, la filial de Rosneft que había estado colocando en el mercado gran parte de la producción de crudo venezolano. Esa vía para sortear las sanciones quedó entonces cerrada.

En marzo, a medida que los muertos por la pandemia se acumulaban en Italia, y gobernantes de todo mundo se convencían del peligro real y sus potenciales consecuencias económicas, Rusia y Arabia Saudí, dos de los mayores productores mundiales, se lanzaban a una guerra de precios con la que ambos buscaban copar el mercado ya en caída libre.

Con un cuarto de la población mundial en cuarentena, la demanda global de petróleo se desplomó a la misma velocidad que el precio del barril, que cayó por debajo de los US$30, menos de lo que a Venezuela le cuesta producirlo, como reconoció Maduro en un mensaje televisado al país.

El mercado petrolero mundial se encuentra en un colapso histórico“, concluye Monaldi.

“Aunque Rusia y Arabia Saudita alcancen un acuerdo pronto, la caída de la demanda provocada por la pandemia durará más”.

“¿Quién se va a arriesgar a hacer tratos con Venezuela y ser sancionado por Estados Unidos en un mercado inundado de petróleo barato?”, se pregunta el experto.

El 28 de marzo Rosneft anunció el cese de sus actividades en Venezuela y la transferencia de sus activos a una empresa propiedad exclusiva del Estado ruso.

 

Con información de:

www.infobae.com

www.bbc.com

www.voanoticias.com

 

 

 

 

 

 

 

 

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