Un tanto por ciento muy alto de la población sufre problemas de circulación como calambres, hinchazón o varices por los cambios bruscos de temperatura. Lo que pasa en la mayoría de las personas es que han perdido elasticidad en sus venas y carecen de fuerza para impulsar bien el líquido, por lo que al final por la fuerza de la gravedad se nos acumula en las piernas provocando las citadas molestias.
La circulación venosa, también denominada circulación de retorno, esta constituida por una amplia red de venas cuya función es llevar la sangre de los diferentes tejidos hacia el corazón. Un flujo sanguíneo inadecuado se debe a una mala circulación. Las causas de una mala circulación pueden ser genética, colesterol alto, obesidad, embarazo o malos hábitos como fumar, comer mal y no practicar ejercicio. «La buena noticia que todo menos la genética tiene solución, y entre ellas la alimentación es básica», cuenta Nela Berlanga, Farmacéutica y experta en Nutrición de KilosOut.
Síntomas de la mala circulación
«Lo primero que se suele notar es pesadez, como si las piernas pesarán. También dolor, que se asemeja al de las agujetas. Otro síntoma son los cardenales, que salen fácilmente, por un mínimo golpe, hormigueo e incluso calambres», explica Rocío Escalante, experta en dermocosmética y titular de Arbosana Farmacia.
Lo fundamental es mantener unos hábitos sanos: evitar el sedentarismo, no cruzar durante mucho tiempo las piernas, intentar estar poco rato de pie o si lo tenemos que estar por nuestro trabajo usar medias de compresión. «Cabe destacar también que ahora que llega el buen tiempo hay que eludir el calor directo (sol, rayos uva o cera caliente) y es aconsejable poner las piernas en alto. Además, hoy en día se cuenta con productos que nos ayudan a aliviar las molestias y mejorar la circulación: complementos alimenticios, geles y sprays que ofrecen alivio inmediato, pastillas para favorecer la circulación o masajes, que han de ser ascendentes desde los tobillos, para favorecer el retorno venoso», explica la farmacéutica Rocío Escalante.
Hábitos para repetir
La directora del área wellness del Instituto de Benito Eva Verdasco aconseja las siguientes rutinas:
– Levantarse cada 2 horas y hacer una caminata de por lo menos 5 minutos, ya sea para ir al baño o para beber un vaso de agua.
– Practicar actividades físicas con regularidad, que dure, por lo menos, una hora, y se haga unas tres veces por semana.
– Colocar una almohada alta para mantener los pies más elevados que el resto del cuerpo
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– Beber por lo menos 2 litros de líquidos durante el día, evitando refrescos y preferiblemente agua, leche y jugos naturales. «Los zumos naturales son excelentes remedios caseros que ayudan a la circulación sanguínea, actúan como antiinflamatorios mejorando el paso de sangre por las arterias: piña y jengibre, sandía y limón o remolacha y naranja», dice la experta.
Eva Verdasco, además, aconseja el drenaje linfático manual, una terapia destinada a facilitar la circulación linfático, cuando éste está alterado. «Consiste en un masaje que se realiza con movimientos de forma ascendente para estimular el movimiento de la linfa y la acción de lo ganglios linfáticos. Se recomienda una vez por semana cuando existe retención de líquidos y mala circulación», recomienda.
Combatir la mala circulación con alimentación
«Alimentos que nos ayudan a la buena circulación pueden ser el ajo, con efecto anticoagulante; el limón, que mejora la elasticidad; la uva negra y los arándanos también ayudan a mejorar el tono venoso por sus antioxidantes y la vitamina C. Las nueces gracias a el omega 3 son antinflamatorias y también contienen vitamina B3 que favorece la circulación», cuenta Nela Berlanga, de KilosOut, y añade que especies tan ricas en propiedades como la cúrcuma o la cola de caballo también nos ayudarán. «El jengibre , junto con los chiles, contiene capsaicina que promueven el riego sanguíneo y controlan la actividad cardíaca», dice.
Por Melissa González
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