¿No os ha pasado alguna vez que, al levantaros, os ha apetecido poneros un traje pero habéis considerado que es demasiado formal para vuestra cita? Y con “cita” nos referimos a una reunión, un entorno de trabajo que no requiere un dress code demasiado estrico, un afterwork o sí, una cita en el sentido más literal de la palabra, el de quedar con alguien específico a tomar algo.
Para los que hayáis tenido alguna vez este sentimiento, aquí llega la solución –y para los que no hayáis sufrido esta situación, quizá la propicien los cinco looks que tenemos a continuación. Relajados, casual, restando formalidad a la sastrería. Porque plantarse un traje no implica específicamente acompañarlo de camisa, corbata y zapatos. Es una cuestión de respetarse a uno mismo, pero de forma más relajada. Atentos.
La camiseta
Tan sencillo como cambiar la camisa por la prenda más básica del armario. Sencilla, sin ningún dibujo, ni estampado ni mensaje. No caigas en esa tentantación. Mejor si es blanca, aunque si te atreves con el color, juega en la gama de tonos del traje hasta llegar a igualar el color del mismo, creando así un look monocolor.
La camiseta de rayas
Permitámonos una licencia con la camiseta veranigega por excelencia, pero no lo llevemos más allá, por favor. Es un look casual, sí, pero dentro de cierta formalidad.
El jersey como chaleco
Añadir una prenda de punto entre la camisa y la americana nos permite dos cosas. Por un lado, protegernos del frío de una forma más casual que añadiendo un abrigo tres cuartos. Por otro, podremos quitarnos la chaqueta sin la presión de estar rompiendo los códigos tradicionales.
*Nota: incorpora unas zapatilas si quieres relajar aún más el look.
Un punto ligero
¿Recordáis la camiseta del primer look? Otra opción es sustituirla por un jersey de cuello redondo o un polo de punto fino. Mejor si es del mismo tono del traje. Así conseguiremos darle un toque sport a nuestro aspecto pero sin perder completamente la formalidad que nos da el traje.
Con zapatillas
Lo hemos visto en infinidad de pasarelas, firmas de lujo y marcas de mass market. Si aún no has probado eso de quitarte la corbata y calzarte unas zapatillas (preferiblemente blancas), no sabemos a qué esperas.
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