Un estudio reciente realizado en el Reino Unido demuestra que las personas que consumen alimentos mínimamente procesados, típicos de la comida casera, pierden el doble de peso que quienes siguen una dieta basada en alimentos ultraprocesados, incluso cuando estos cumplen con los estándares nutricionales recomendados. Este ensayo clínico controlado aleatorizado, el más largo y grande hasta la fecha en su tipo, confirma que el grado de procesamiento de los alimentos influye significativamente en la pérdida de peso, más allá del contenido calórico y nutricional.
Los investigadores señalaron que, aunque la pérdida de peso con alimentos mínimamente procesados fue modesta, representando alrededor del 2% del peso corporal inicial durante el período del estudio, es relevante porque ocurrió sin restricción voluntaria de calorías. En estudios previos, se observó que una dieta ultra procesada aumenta el consumo calórico y provoca un aumento de peso incluso cuando los nutrientes son equivalentes, mientras que los alimentos menos procesados ayudan a controlar mejor el apetito y reducir el consumo espontáneo.
Estos hallazgos apuntan a que promover una alimentación basada en alimentos menos procesados puede ser clave para combatir el sobrepeso y la obesidad, influyendo en el control de los antojos, la saciedad y la composición corporal, con beneficios adicionales para la salud a largo plazo.
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