La cadena de errores cometidos por una banda de policías del municipio Naguanagua permitió a detectives del Cicpc hallar el primer eslabón que los condujo al desmantelamiento de la organización delictiva.
El hallazgo de un cargador de pistola en la escena del crimen de un infortunado vendedor de verduras en la calle 129 de la urbanización Prebo de Valencia, convenció a los investigadores que estaban en presencia de una organización criminal de múltiples facetas.
El director del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, comisario general Douglas Rico, informó al portal electrónico Notitarde.Com que el ministro del Interior es el encargado de suministrar los detalles del caso, cuando lo considere oportuno. El jefe policial se excusó para no entorpecer las investigaciones de los expedientes que adelanta laDelegación Carabobo.
Sin embargo, fuentes policiales revelaron al portal electrónico Notitarde.com que el punto de inflexión se produjo la noche del 6 de septiembre cuando un grupo de antisociales ultimó al comerciante Samuel Jesús Cano Torrealba de 30 años de edad.
Desde entonces las baterías de la policía científica apuntaron hacia el parque de armas de laPolicía Municipal de Naguanagua, pues el cargador de pistola troquelado con el rótulo 40-02 había sido asignado al organismo de seguridad naguanaguense.
Los peritajes forenses permitieron individualizar luego el arma incriminada en el homicidio de Cano Torrealba y destaparon una caja de pandora, confió uno de los investigadores.
En el marco de las pesquisas fueron detenidos los uniformados activos Junior Rafael, su hermano Adrián Medina (27) y Jimmy Rafael López de 21 años de edad. Una comisión del Cicpc acudió al comando policial y se llevó a policías.
La Delegación del Cicpc Carabobo también valora la autoría de otros funcionarios del cuerpo de seguridad en diversos hechos delictivos cometidos en el norte de Valencia.
Una arista los mantiene ocupados en desentrañar la muerte de un antisocial que pretendió cometer un robo en el establecimiento comercial Q’ Arepas, situado en la avenida Cuatricentenaria, hecho ocurrido el sábado 30 de julio pasado.
En esa ocasión un funcionario policial que se encontraba junto con los comensales repelió la acción y le dio de baja al asaltante que formaba parte de la banda mixta, conformada por policías y delincuentes comunes.
Es por ello que los detectives sospechan que las armas asignadas a los policías, también eran alquiladas a los antisociales.
Revelaron además que los uniformados estarían comprometidos con el secuestro de un empresario carabobeño, expediente que había sido mantenido de bajo perfil. Voceros no oficiales indicaron que los uniformados plagiaron al ingeniero Roberto Martín Masullo Pulido, de 54 años de edad, quien fue sometido cuando llegaba a su residencia situada en el sector La Trigaleña de Valencia, el pasado martes 30 de agosto.
Las diligencias que adelanta el Cicpc junto con el Comando Nacional Antiextorsión y Secuestros (CONAS) de la GNB señalan que el infortunado constructor fue “subastado” a bandas de secuestradores y luego vendido a una organización que se encarga de negociar su liberación.
Otros secuestros perpetrados en el norte de Valencia, San Diego y Naguanagua apuntan hacia la banda de policías activos y delincuentes valencianos. El Fiscal sexto del Ministerio Público coordina las investigaciones que apenas comienzan.
Fuente: NOTITARDE
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