Carolina Herrera sigue enamorando a su clientela más fiel y adicta a sus diseños. Antes del desfile, la diseñadora lo dijo claro: “Estoy en mi periodo rosa”, decía. Como Picasso. Y como el pintor, la diseñadora sacaba su lado más femenino, delicado y etéreo. Pero sin olvidar, por ello, la fuerza y el poder de la mujer.
Con esta colección de primavera verano, Herrera ha querido jugar con el efecto trampantojo dando al conjunto una visión decididamente fresca y juvenil. Por otro lado, encontramos también sus diseños más característicos, con esos volúmenes juiciosamente calculados, su pasión por el detalle y su obsesión por la elegancia más atemporal y eterna.
Como siempre, la diseñadora ha jugado con la riqueza de los materiales, sin miedo a los más complicados. Y el resultado, desde luego, demuestra por qué Carolina Herrera sigue siendo una de las diseñadores más aclamadas de la Semana de la Moda de Nueva York.
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