El aumento del calor extremo vinculado al cambio climático está poniendo en grave peligro a las aves tropicales, incluso en bosques intactos considerados refugios de biodiversidad, advierten los científicos. Un reciente estudio publicado en Nature Ecology and Evolution reveló que las regiones ecuatoriales del mundo experimentan ahora diez veces más días peligrosamente calurosos que hace 40 años, lo cual ha reducido las poblaciones de aves entre un 25% y 38% entre 1950 y 2020.
La investigación, que analizó más de 90.000 observaciones de 3.000 poblaciones de aves junto a registros meteorológicos y datos industriales humanos, identificó que el calor extremo —más dañino que el aumento de la temperatura media anual— es el principal motor de la pérdida de especies en latitudes tropicales.
Casos en Panamá y el Amazonas mostraron caídas superiores al 50% en la mayoría de las especies desde finales de los años 70. El calor extremo puede provocar hipertermia en las aves, deshidratación, daño orgánico y dificultades reproductivas, y la vulnerabilidad de estas especies se agrava porque están adaptadas a rangos de temperatura muy estrechos y poseen poblaciones pequeñas.
Los expertos advierten que la preservación solo en áreas protegidas no garantiza la seguridad de las especies frente al cambio climático. Para evitar la pérdida masiva de aves en los trópicos, los científicos insisten en la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.
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