(Xinhua)- El mecanismo BRICS, integrado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, ofrece un nuevo modelo de desarrollo e integración para las economías emergentes, a través de la colaboración conjunta y la generación de interdependencia económica, afirmó la economista chilena Marcela Vera.
La consultora sénior del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y académica de la Universidad de Santiago de Chile destacó la importancia de avanzar en pos de un objetivo común y defender los intereses de los países del Sur Global en un escenario geopolítico convulsionado, con un deterioro productivo y la amenaza de la crisis climática.
“Es importante comprender que el BRICS viene a ser un nuevo nivel de desarrollo de integración económica, puesto que los anteriores (mecanismos) se han ido creando en función de cercanías territoriales”, declaró la experta en una entrevista con Xinhua, y añadió que los países BRICS adquieren magnitud y fuerza a través de la colaboración conjunta.
“Muchos de los bloques se han quedado simplemente en una unión comercial, después monetaria, política, pero no en una unión en función de la perspectiva de desarrollo, ya sea de su propio bloque o del mundo. Todavía no se han tomado las decisiones políticas correctas para desencadenar un nuevo nivel de integración económica global”, sostuvo.
Para la doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Chile, la próxima cumbre de los países BRICS, del 22 al 24 de agosto en Johannesburgo (Sudáfrica), viene a ser un momento de “reflexión” en torno al aporte que el mecanismo internacional realiza a nivel económico, pero también sobre “cuál es la mirada global respecto a su posición en el contexto geopolítico actual, en relación a los países del mundo desarrollado”.
En esa línea, afirmó que la conformación de instancias multilaterales es fundamental, “porque si no construimos redes o conglomerados que puedan marcar una posición distinta a la trayectoria que está teniendo el capitalismo, vamos a continuar lamentablemente con trayectorias asociadas al ecocidio, al despojo, al extractivismo, lo que no es conducente con la sostenibilidad planetaria”.
Esta alternativa, explicó, pondría énfasis en la distribución de la riqueza y el poder, el bienestar de los pueblos y el crecimiento económico al servicio de la ciudadanía, ejerciendo una gobernanza política y económica en un momento de “ebullición climática” y “acumulación de capitales”, que impacta sobremanera en los países en vías de desarrollo.
Vera destacó el caso de China y la participación del Estado en la economía y estructura productiva, en asociación con grandes empresas de la nación asiática, lo que ha permitido reducir la pobreza. “Ahí hay una redistribución en distintas escalas, permanentemente, mientras que en países latinoamericanos, donde hay un alto nivel de desigualdad, esto no ocurre”, explicó.
La economista resaltó a su vez la necesidad de considerar la articulación productiva de los países que integran o que han manifestado su interés por adherirse al BRICS, para “generar estabilidad y, sobre todo, intercambios que sean verdaderamente beneficiosos para sus pueblos”.
En su visión, la creación de valor agregado, el fomento a la industrialización y el encadenamiento productivo de los países son las herramientas fundamentales para que las economías pequeñas, en su mayoría productoras de materias primas o bienes estratégicos, “puedan enlazarse con economías más grandes y producir una relación virtuosa, con un mercado necesariamente asociado al BRICS”.
Mencionó en ese sentido la contribución que ha hecho China como motor de reactivación en el período postpandemia y en medio de la crisis económica, debido al enorme mercado que ofrece al resto del mundo.
“Desde hace muchos años, China está liderando el crecimiento económico a nivel global, y eso tiende a jalar al resto de las economías, fundamentalmente a las subdesarrolladas”, aseveró.
Por otra parte, valoró la instalación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) en el marco de la cumbre del BRICS, fundado por las naciones socias en 2014 y con sede en Shanghai, como promotor de la integración económica equitativa y el impulso necesario para acceder a recursos que ayuden a producir valor agregado en las economías emergentes.
“Sabemos que la banca privada no está dispuesta a generar una inversión importante o facilitar esa inversión, por lo tanto, la alternativa de generar un banco de desarrollo viene a trascender esa lógica instaurada en nuestro continente”, favoreciendo además la actividad de pequeñas y medianas empresas que forman parte de la cadena industrial, opinó la experta.
Además, ensalzó la idea de una moneda propia para comerciar entre los países miembros del BRICS, “en función de poder liberarse de la dependencia del dólar, pero también en consideración de la crisis financiera que hoy existe en el mundo”, al tiempo que advirtió sobre las posibles consecuencias para las naciones emergentes por su alto endeudamiento externo.
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