Despertar temprano y salir a caminar debería convertirse en tu nuevo ritual matutino (o vespertino, si la cama aún te llama). ¿Te animas a hacer ejercicio pero sientes que tu cuerpo está más preparado para Netflix que para un maratón? Caminar es la opción perfecta para ti. Además de ser un gran primer paso para ponerte en forma, esta actividad mágica reduce los niveles de azúcar en sangre y sirve de escudo contra el estrés cotidiano. Y sí, también se ha demostrado que una caminata al aire libre puede elevar tu ánimo, especialmente cuando el sol te da ese abrazo cálido (sin los efectos secundarios del café). Pero aquí viene una sorpresa salir a caminar no solo beneficia tu salud física, sino que también refuerza esta importante faceta del cerebro.
Como explica el neurocientífico E. Paul Zehr, la cognición social se refiere a nuestra habilidad para reconocer emociones en los demás, regular nuestras propias respuestas emocionales y empatizar con las personas que nos rodean. Este conjunto de habilidades es fundamental para establecer relaciones sociales efectivas y contribuye tanto a logros académicos como profesionales.
Ejercicio y Cognición Social
Un estudio reciente publicado en la revista Exercise and Sport Sciences Reviews reveló que la actividad física tiene un impacto positivo en nuestras capacidades cognitivas sociales. Según la investigación, la hormona oxitocina, que juega un papel vital en la cognición social, se activa durante actividades de resistencia y aeróbicas. Esto significa que, al ejercitarnos, estamos potenciando nuestra capacidad para reconocer y regular emociones.
Los investigadores afirmaron que tanto el ejercicio intenso como el prolongado enriquecen nuestras habilidades para entender y enfrentar las emociones de los demás. ¡Imagina salir a caminar y, al mismo tiempo, mejorar tu empatía!
Recomendaciones para una caminata efectiva
Según el Departamento de Salud de los Estados Unidos, es ideal realizar al menos 150 minutos de actividad física a la semana. Para obtener estos beneficios cognitivos, lo recomendable es mantener una frecuencia cardíaca del 60% al 70% durante la caminata. Pero no te preocupes si no puedes cumplir esta meta de inmediato; lo más importante es empezar a moverse.
Recuerda, las ventajas de salir a caminar se manifestarán independientemente de la intensidad o frecuencia de tus paseos. La clave está en la constancia. Así que no esperes más; sal, respira aire fresco y deja que cada paso te acerque no solo a mejorar tu estado físico, sino también a conectar más profundamente con los que te rodean.
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