El fenómeno de la cirugía estética experimentó un notable crecimiento en China. Impulsado por factores económicos y la influencia de las redes sociales, millones de personas recurrieron a procedimientos cosméticos. Abby Wu, con más de 100 operaciones, se convirtió en una figura conocida de esta tendencia. Sin embargo, este auge también trajo consigo historias de riesgos y complicaciones.
Desde temprana edad, muchos jóvenes se sometieron a intervenciones estéticas. Abby Wu realizó su primera cirugía a los 14 años. La presión social y los cánones de belleza cambiantes jugaron un papel crucial. Las redes sociales difundieron ideales estéticos, a menudo irreales. Aplicaciones que analizaban “imperfecciones” faciales impulsaron aún más esta demanda.
El incremento en la demanda generó la proliferación de clínicas, muchas sin licencia. La falta de profesionales cualificados condujo a un aumento de procedimientos fallidos. Pacientes como Yue Yue sufrieron las consecuencias de intervenciones realizadas en establecimientos no autorizados. Las secuelas físicas y emocionales marcaron sus vidas.
Incluso en clínicas con licencia, se reportaron casos de negligencia. La actriz Gao Liu experimentó una cirugía de nariz fallida que afectó su carrera. Las autoridades intentaron regular el sector, pero los problemas persistieron. Estafas laborales que obligaban a jóvenes a someterse a cirugías para obtener empleo también salieron a la luz.
A pesar de los riesgos y las experiencias negativas, la cultura de la cirugía estética continuó en ascenso. La presión por una apariencia considerada “ideal” para el éxito profesional se intensificó. Figuras como Abby Wu, a pesar de las múltiples intervenciones y sus efectos, no planeaban detenerse en su búsqueda de la belleza.
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