Este lunes 22 de marzo, una cuadrilla de la Alcaldía de Los Guayos, al manipular una válvula que controla suministro de agua potable ubicada en Caño Seco, parroquia Rafael Urdaneta del municipio Valencia, dañó una válvula dejando sin agua todo el sector.
El año pasado, la alcaldía de Los Guayos inició unos trabajos para empalmar al sector Cascabel a las tuberías que surten comunidades desde Agua Dulce hasta La Unión a ambos lados de la carretera, trabajo que disminuyó el caudal de agua potable en toda la zona.
Francis Rodriguez, habitante de Valle Verde, comenta: “tenemos que caminar más de 3 Km hasta Tinajas, en Carlos Arvelo para cargar agua, todo por la imposición del alcalde Miguel Burgos de conectar el agua a Cascabel de forma improvisada”.
Este lunes, la manipulación de una válvula reventó la válvula que controla el flujo del agua; ahora, el agua no llega a ninguna comunidad, toda se desperdicia en el sitio por la rotura de la válvula.
Elizabeth Hutchinson, habitante de La Unión, afirma que “los habitantes de Caño Seco están muy molestos, en su comunidad siempre había agua, no entienden cómo es que el alcalde de Los Guayos fué a su sector, que pertenece a Valencia, a realizar un trabajo que los dejó sin agua”.
José Cermeño, quien reside en Agua Dulce parte alta, dice que “el ingeniero Rojas, de la alcaldía de Los Guayos, al abrir la válvula al máximo reventó la llave que trajo la alcaldía; y, ahora nos dice que para reparar esta avería se debe esperar una orden del presidente Nicolás Maduro para realizar la reparación “.
Para traer agua, cerca de 30 mil personas que habitan en Cascabel, Agua Dulce parte alta, La Unión, Valle Verde, Alí Primera, La Hermandad, La Goajira del municipio Los Guayos; Caño Seco y Agua Dulce parte baja de Valencia, caminan horas por cañaverales o por la carretera, expuestos a una culebra o ser atropellados.
Al gobernador Rafael Lacava le duele Puerto Cabello y llama irresponsable al presidente de Hidrocentro por no mandarles agua, pues, a mi me duele Los Guayos, no es posible que la improvisación y desidia del alcalde Miguel Burgos convirtiera la zona rural en un desierto.
Es urgente que el alcalde resuelva este desastre, que deje de buscar excusas y asuma su responsabilidad ante el daño que la impericia de su personal causó; en nombre de la zona rural, pedimos al gobernador nos visite, aquí tampoco somos camellos.
Por Ing. Eduar Yépez
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