Mantenerse hidratado es esencial para una buena nutrición, pero con tantas opciones de bebidas en el mercado que prometen ser mejores que el agua, puede ser confuso entender qué necesitamos realmente después de hacer ejercicio.
Las bebidas con electrolitos están diseñadas para reponer minerales perdidos al sudar, como el sodio, potasio, calcio y magnesio, que son vitales para funciones corporales como el equilibrio de líquidos, la contracción muscular y la transmisión nerviosa. Sin embargo, el agua es suficiente para hidratarnos en actividades de baja intensidad y corta duración.
Se recomienda tomar bebidas con electrolitos principalmente cuando el ejercicio es prolongado (más de 45 minutos en ambientes calurosos o húmedos) o intenso, o si se nota mucho sudor salado, ya que estas ayudan a prevenir calambres, fatiga y deshidratación. Para entrenamientos entre 1 y 2 horas, las bebidas isotónicas con sodio y carbohidratos moderados son útiles, mientras que para esfuerzos más largos o extremos, se prefieren mezclas con más carbohidratos.
No obstante, consumir bebidas isotónicas sin necesidad puede tener efectos negativos, como aumento de la presión arterial, desbalance mineral, exceso de azúcar o malestar digestivo. Muchas personas ya obtienen suficiente sodio de su dieta diaria, por lo que es importante no abusar.
Como alternativa económica y saludable, pueden prepararse soluciones caseras con agua, sal, azúcar y jugos cítricos para reponer electrolitos durante actividades prolongadas sin recurrir siempre a productos comerciales. Finalmente, estas bebidas deportivas no son apropiadas para casos de diarrea o vómitos, donde conviene usar sueros de rehidratación oral específicos.
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