“El camino es todo, el destino es solo un punto de paso” dice sabiamente un proverbio japonés que aplica perfectamente al Maratón CAF de Caracas. Luego, de cumplido un año de entrenamientos, preparativos, viajes, etc. Llegar al punto de salida ya de por sí es un triunfo por haber logrado sortear innumerables obstáculos para cada uno de los asistentes.
Actualmente, al cruzar la meta la gran mayoría de los corredores se enfrascan desesperadamente en la pregunta “¿Cuánto fue tu tiempo?” interrogante nacida de esta “Sociedad del Cansancio” enfocada en el exceso de rendimiento olvidando lo mucho que han logrado, hasta el punto de desvalorizarlo y relativizarlo ante un resultado medible, numerable y comparable.
Es importante reflexionar acerca de la satisfacción con que hacemos las cosas, para no desvalorizar lo que logramos y de cómo lo hacemos, para así evitar imponernos metas cada vez más exageradas, sin descansos, sin plan de entrenamientos, sólo por el simple hecho de ir a límites que van más allá de nuestras capacidades físicas y mentales que nos llevaría no sólo a lesiones, sino a desilusiones y/o frustraciones de por vida que nos alejarán por siempre de lo que nos gusta.
Y es que, verdaderamente, la Maratón CAF de Caracas es “Más que una Meta” porque es recordar con deleite el año de entrenamiento, ese esfuerzo de quienes viven contigo, los momentos buenos, los malos, los dolorosos, el levantarnos todas las mañanas con salud, ver los amaneceres y crepúsculos, para disfrutar lo que nos gusta, pero al mismo tiempo, recordar a quienes quieren correr y ya no pueden, o a aquellos a los que simplemente ya no están con nosotros físicamente.
A una semana después del Maratón CAF sólo queda decir a todos: “¡Gracias! Esta carrera fue irrepetible, y me motiva a seguir corriendo” y sin saberlo, ni darnos cuenta, ganaremos más vida, seremos ejemplos inspiradores para los demás en ver de nuevo al deporte como un momento de encuentro con la salud y la alegría de ser mejores: Y cuando estos 6.000 corredores de Caracas pensamos así, cambiamos corazones, sociedades y países.
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